Capítulo 12. El despertar de una historia olvidada

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Clara se despertó lentamente. Se sentía nostálgica, pero no sabía por qué. Entonces pensó que pudo ser a causa de aquel sueño tan extraño.
Se fue a lavarse la cara, miró su reloj y se dio cuenta de que se había olvidado.
Entonces, se vistió y desayunó lo más rápido que pudo, y salió del piso.
Había quedado con los demás en la playa y llegaba tarde.

Por el camino se encontró con Marga y Santi que, al parecer, también se quedaron dormidos. Ya juntos se encaminaron a la playa más tranquilos, pensando que no eran los únicos que llegarían tarde.
-Uf, hoy no me podía levantar -dijo Marga.
-Yo tampoco -dijeron Clara y Santi al unísono.
-He tenido un sueño más raro... -dijo Clara excusándose-. Éramos nosotros tres, pero más pequeños, y que, al pasar por una cancela blanca, nos íbamos a otro mundo... muy extraño... Se llamaba...
-¿Xeland? -preguntó Marga extrañada.
-Sí, ¿cómo lo sabes? -Clara la miró atónita.
-Porque... Yo también he soñado con eso -Marga la miró sorprendida.
-¿Era un mundo donde había tres reinos? ¿Uno con un castillo dorado, otro con uno plateado y otro con uno oscuro? -apuntó Santi.
-¡Sí! -exclamaron Marga y Clara.
-Entonces, ¿los tres hemos soñado lo mismo? -preguntó Marga con asombro.
-Eso parece... Qué casualidad... -dijo Santi.
-Pero a mí me pareció tan real... Cómo si lo hubiéramos vivido de verdad -comentó Clara.
-A mí también... Pero... Imposible -dijo Marga pensativa.
-Sí, imposible -asintió Santi.

Y, sin cruzar más palabras, llegaron a la playa.

Allí les estaban esperando Marcos, Alba y Pedro, quienes habían decidido aguardar a que llegaran para bañarse todos juntos.
-¡Hombre, por fin llegáis! -se quejó Marcos.
-¡Hola! -gritó Alba.
-Hola chicos -se acercó Marga.
-Lo sentimos -se disculpó Clara-. Nos hemos quedado dormidos.
-Bueno, no importa -dijo Pedro-, pero vamos a bañarnos de una vez, que hace un calor... Venga, dejad las cosas y vámonos al agua.
Santi y Marga montaron la sombrilla mientras Clara dejaba sobre las tumbonas las mochilas de los tres. Después, se quitaron la ropa y se fueron al mar a darse un baño refrescante.

El agua estaba helada, pero después de un rato nadando y saltando con las olas, la temperatura era soportable. Más tarde, se pusieron a jugar al "ratón y al gato" con un balón.

Tras jugar un rato, se acercaron dos chicos y una chica que parecían extranjeros y, más o menos, de su misma edad. Uno era alto y fuerte, moreno de ojos negros. El otro chico era delgado, pálido y alto, con el cabello dorado y los ojos celestes. Y, la chica que iba con ellos era castaña con el pelo liso y largo, de ojos claros.
Estos chicos se dirigieron hacia el grupo y les preguntaron si podrían unirse a la partida.
Entonces, los seis se reunieron para decidir si podrían o no jugar con ellos.
-No sé, no me apetece que se queden con nosotros.
-Marcos, tú siempre igual... Tss... -se quejó Clara.
-Además, no veas cómo están...-dijo Marga.
-"Tú siempre igual" -se burló Santi.
-Vamos, no me digas tú a mi, que la chica esa no es nada guapa.
-La verdad es que sí -dijo Pedro, y las chicas se echaron a reír.
-Bueno, parecen buena gente -añadió Marcos.
-Vale -dijo Marga-. Sí, claro que podéis uniros -dijo dirigiéndose a los chicos nuevos.
-Genial -dijo la chica con una amplia sonrisa.
-Yo me llamo Clara, ella es Marga -comenzó a presentar Clara.
-Hola -se inició entonces los saludos.
-... Ella es Alba...
-Encantada.
-Y ellos son Santi, Pedro y Marcos.
-Encantado -dijeron los tres.
-¿Y vosotros? -preguntó Marga.
-Yo me llamo Lathia -dijo la chica y señaló al chico moreno-, él se llama Jacke, y él, Sven.
-Encantado -dijeron los chicos.
Tras las presentaciones, los chicos estuvieron jugando toda la mañana juntos. Los nuevos eran unos chavales muy simpáticos y amables.

Tras jugar en el agua, Santi y Jacke echaron una partida a las "palas" y los demás jugaron a las cartas. Santi ganó a Jacke y se unieron con los demás.

Xeland. Un mundo tras una puerta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora