Xeland. Un mundo tras una puerta.

-Prólogo

-Por fin vacaciones de verano... -dijo Clara a la vez que se desparramaba en su tumbona.

Era sábado, y llevaban en la playa de La Antilla desde el lunes, se suponía que se iban a quedar todo el mes de agosto allí. Marga ya llevaba un rato echada en la tumbona de al lado, tomando el sol, mientras que Santi y Clara jugaban a las palas. Marga se percató de que Clara estaba sentada al lado suya hablándole después de unos cuantos segundos. Se había quedado dormida.

-¿Te has enterado de algo de lo que te he dicho?

-No, lo siento -dijo Marga incorporándose-, me he quedado dormida.

Menos mal que Marga era muy morena y no se quemaba con facilidad, porque, de no haber sido así, se hubiese puesto roja de los pies a la cabeza.

-Te estaba diciendo que la he ganado -dijo Santi.

-Mentira... Decía que es genial que porfin estemos en verano.

-Sí, se está genial aquí, en la playa, tomando el sol...

-Y echándose una siestecita -dijo Santi sarcásticamente.

Marga ignoró el comentario.

-Bueno, ya que estas despierta, ¿por qué no echamos una partida a las cartas? -preguntó Clara.

-Vale -Contestó Marga desperezándose en la tumbona.