U.na declaración

368 68 9
                                    

Por fin había salido de la sala y unas gotas de sangre se derramaban por el piso, de inmediato fui al baño a buscar papel y devolviéndome al lugar, comencé a limpiar el piso, enseguida, enrollé un poco en la palma de mi mano para dejar de ensuciar y pronto sentí una presencia a mi lado.

- ¡Oye se te va a infectar! No puedo creer que estés más preocupado del suelo que de tu herida, eres increíble... - suspiró –

- Lo siento, Yugyeom.

El chico alto sonrió y tomando más papel terminó de limpiar el lugar y levantándome del suelo me llevó a una de las oficinas donde tenían botiquines.

- Oye, ¿Qué te pasó?

- Sólo algo estúpido.

- Déjame ver.

Yugyeom miró de cerca el tajo abierto y comenzaba a soplar sobre mi mano abierta, con una mueca de niño pequeño se quejaba.

- Ash... eso debe dolerte mucho... te ayudaré.

Sólo asentí y observaba como cuidadosamente mi compañero tomaba el líquido desinfectante y lo pasaba cerca de la herida, luego tomó una gasa y comenzaba a enrollarla.

- Yo no sé si necesites puntos... si comienza a sangrarte otra vez, ve al hospital.

Unas lágrimas comenzaron a caer sobre mis piernas y las palabras no me salían en absoluto. Kim Yugyeom sorprendido y confundido comenzó a guardar las cosas y sin mencionar alguna palabra me abrazó dándome una palmaditas en la espalda.

- Vamos, todo estará bien.

Después de un rato aún estaba mudo y el chico amable con una sonrisa llegaba con helados.

- No te preocupes, no tienes que decirme nada, pero seré sincero, estoy preocupado, te ves pálido, con ojeras, estresado, distraído y ahora una herida y además estas llorando... de acuerdo me callaré, lo siento.

Sonreí y Yugyeom se sorprendió devolviéndome una sonrisa.

- ¡Oh! ¡Sonreíste!

Comenzaba a tomar el helado y una sensación refrescante aliviaba mi garganta, liberaba mi mente de todas las dudas, al menos eso fue hasta de noche, cuando llegué al dormitorio universitario. Me acosté y miré el techo, me puse los audífonos y la música envolvió mi inquietud, pero pronto, comenzaron a rondar mis inseguridades ¿Por qué había actuado de esa manera? ¿Qué le molestaba tanto? ¿Volveríamos a estar como siempre?

Desperté con un dolor de cabeza y mi buzo estaba todo mojado, me sentía mareado y cada vez más estresado, cuando me paré di la vuelta para recoger el celular que estaba junto a la almohada y observé unas manchas rojas cerca del aparato, miré la venda de mi mano toda ensangrentada pero no sentía dolor, hasta que me había dado cuenta de la situación, un pequeño ardor comenzaba a llegar en la palma, durante la ducha aproveché de limpiar la zona accidentada con abundante agua, sin embargo no había señales de coagulación, rasgando una polera resguardé la piel y me dirigí a un centro médico de atención. La enfermera me observaba con ojos grandes y comenzaba a cuestionarme.

- Joven ¿Desde cuándo tiene esta herida?

Miré por la ventana despreocupado y con una mueca fruncida le contesté-

- Desde ayer por la tarde.

- ¿Qué? ¿Y usted no hizo nada? Acercarse a estas alturas...

Me observaba con desaprobación y realmente no me importaba, pues ¿Qué quería que hiciera? ¿Qué le contara mi molesta pelea con Jaebum y mi post depresión a eso?

- Vamos joven, cuénteme qué le sucedió.

Quedé boquiabierto, pues jamás se me había pasado por la cabeza que una enfermera pudiera ser una consejera o terapeuta que escuchara los problemas de los demás, al parecer estaba equivocado.

- Pues... yo...

- Mire hoy en día han venido muchos estudiantes con diferentes accidentes y sé que es una etapa difícil para ustedes, sobretodo en esta época de exámenes, pasé por lo mismo pero no es motivo para cometer imprudencias.

- Disculpe pero... ¿Qué está insinuando?

- ¿Yo? Nada sólo te veo.

Comenzaba a sospechar que esa mujer amable estaba entrometiéndose demasiado como para interpretar que yo estaba casi en una situación de suicidio o algo así, no quería tener problemas en la universidad sobre un caso que no tenía sentido, así es que, me marché lo más rápido posible de ahí y agradeciendo a la noona me fui a paso acelerado.

- ¡Espera los antibióticos!

Metió unas botellas y cajas en mi mochila y mirándome a los ojos me dijo maternalmente.

- Sé que es difícil, pero debes cuidarte. Recuerda el dolor nos hace fuertes, pero de vez en cuando también necesitamos que nos escuchen...

Su actitud alivió mi corazón y le sonreí con ojos vidriosos y rojos, ahora caminaba lento y a la salida del recinto estaba él, con las manos en sus bolsillos y una expresión impaciente.

- ¡Eres el peor Youngjae!

- ¿Q – qu –

En ese instante JB me abrazó y su respiración acelerada me exaltó, pasó sus manos por mi cabeza y apoyando su mentón en mi hombro me habló al oído.

- Perdóname, por favor, fui un idiota.

Me quedé en silencio intentando aguantar la angustia que me había rodeado durante casi un día desde lo ocurrido, y si bien, había sido un detalle, su actitud me había afectado bastante, lo amaba y creía qué sólo yo estaba entregándolo todo, no tenía idea de qué relación teníamos, qué sentía o qué quería exactamente conmigo o si tenía esa intención, plantearse algo importante conmigo, con mi corazón...

Jaebum me abrazó aún más fuerte y seguía rogándome disculpas.

- Choi Youngjae, estemos juntos...

Me separé de él y mirándolo serio le contesté desanimado.

- De acuerdo, vamos a tu apartamento...

Comenzaba a adelantarme lentamente y JB con las manos en su cintura y mirando al cielo exhalaba con dificultad.

- Youngjae, espera.

- ¿M?

- No... yo... no... ash...

- ¿Qué te sucede?

- Que... yo... no... no me refería a ese tipo de estar juntos.

- ¿En... tonces?

- Estemos juntos.

- No entiendo.

- ¡ASH Youngjae!

- ¡Qué!

- Ash... Seamos pareja.

LoveMe LeaveMe * 2Ja3 *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora