Capitulo nueve

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Mi mirada incómodamente posada en el piso, los puños fuertemente apretados de Harry, el ceño fruncido de mi madre mientras murmuraba cosas incoherentes con la mirada bajada al vaso que sostenía, si, el ambiente era extremadamente incómodo. Mire el líquido transparente del vaso que sostenía, en ese momento el pequeño tamaño de la sala me parecía asfixiante, el aire me parecía espeso y el agua difícil de tragar. Nadie decía nada, podía notar a Harry tenso a mi lado, había visto a Harry enloquecer un poco antes, cuando un tipo casi me atropella con su bicicleta Harry se había puesto tenso, la oscuridad se había apoderado de sus hermosos ojos verdes y casi mata al hombre, si no fuera porque lo jale lejos le habría sacado la mierda.

El hombro de Harry y el mío se tocaban a causa de nuestra cercanía, el sofá blanco, pulcramente limpiado era grande pero Harry se había acercado más de lo debido dándome “apoyo”, algo que no necesitaba

-estas tan grande- susurro después de unos minutos sin mirarme- y linda- parecía no hablar conmigo, mas parecía hablar consigo misma- te pareces a tu padre- finalmente levanto la mirada sin ninguna expresión en ella

-¿Es en… serio?- pregunte lentamente- ¿Llevas dos años sin verme y…y…- la desesperación apoderándose de mi voz, mis manos instintivamente subiendo a mi cabeza- y…me dices lo que ya se? Si madre muchas gracias, sé que crecí, han pasado dos años desde que tú y papa se divorciaron, cuatro desde que no me diriges la palabra y lo único que me vas a decir es “estas muy grande”

-Kaey- murmuro Harry, lo voltee a ver fulminante, él simplemente me jalo del hombro corriendo para atrás, no me había dado cuenta cuando me corrí a la orilla del sofá

Volqué la mirada a mi mama que limpiaba frenéticamente su taza de café, siempre hacia eso, desde que era niña, limpiaba la casa tres veces por semana, o cuatro, no nos dejaba ensuciar nada y siempre a sido una maniaca de la limpieza y el orden.

Comprobé lo que se apoderaba de mis pensamientos dándole una mirada a la sala, los libros perfectamente acomodados en sus estantes, la alfombra alineada con los sofás y la mesa de café, los cuadros de pintura en el ángulo perfecto, inclusive el televisor estaba en la posición perfecta para que todos en la sala lo pudieran mirar

-sé que no tengo derecho- me dijo después de un tiempo- pero ¿Podemos hablar a solas?- por su nerviosa mirada hacia Harry se notaba que le intimidaba, a todos

-claro, después de todo tengo que hacer una llamada- respondió el levantándose- ¿Estarás bien?- me pregunto, preocupación destellando de sus ojos

-si- susurre sin despegar la mirada de ella

-bien- y lo siguiente que oí fue sus pisadas alejándose y la puerta al cerrarse, mama me miro por un segundo para luego mirar a la cocina, de vuelta a mí y luego a su vaso

-en serio…- empecé pero ella hablo al mismo tiempo que yo

-Kaey yo….- ambas nos detuvimos mirándonos, era incomodo, todo

-habla- le dije secamente- me lo debes

Sus ojos destellaron alarmados abriéndose ligeramente, pude notar como temblaba y una fina línea brillante cayendo por su frente. De repente se paró temblando

-Kaey- grito, me levante alarmada

-¿Ma?- pregunte en un susurro, ella se encorvo hacia el frente tomándose el estómago con ambas manos, trataba de dar varias bocanadas de aire estranguladas, corrí hasta ella abrazándola por los hombros- ¿Qué sucede?

No me respondió, en cambio me alejo lejos temblando, aun tratando de conseguir aire, sudor caía por su frente, sus ojos se abrieron como platos llevando una mano al pecho, se cayó de para atrás gritando, entre en pánico, mis manos temblando sin saber qué hacer, quería acercarme pero el miedo me inundo haciéndome imposible la movilización

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