El demonio de Venecia (AU)/Extra (1)

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Te debo las mejores y quizás las peores horas de mi vida, y eso es un vínculo que no puede romperse.
Jorge Luis Borges




No voy a revelar cuando ocurrieron los hechos que, a continuación, les serán relatados. Solo voy a contar en donde transcurrieron.
Esta historia, ocurrió en Venecia y cuando termine, dejaré que decidan si creer en la veracidad de ella.
Hay una fecha en especial, que los demonios y los ángeles pueden bajar a la Tierra. Pero eso solo ocurre una vez cada año.
A Magnus Bane, le encantaba ir al carnaval de Venecia y cada año, solía enamorar a un joven o doncella diferentes para su máximo entretenimiento.
Había algo que le gustaba del carnaval, quizás era la fascinante sensación de tratar de descubrir quién se esconde en cada máscara. Era un placer exquisito estar en lugar donde había tanto libertinaje y pecado. La sensación siempre era indescriptible.
Mientras caminaba de aquí para allá, con una copa de vino en su mano y sus ojos puestos en cada belleza con la que se encontraba, no pudo notar la extraña figura que había entrado recién.
Y no pudo ver como este lo observaba con cautela y curiosidad, como si hubiese visto al ser más hermoso sobre la existencia.
Durante toda la noche, Magnus sentía que era observado. Hasta que las miradas de ambos coincidieron. El demonio sintió que ya no podía respirar. Era algo que no había sentido nunca, ni siquiera con sus amantes anteriores. Y aunque no podía ver su rostro por la máscara, podía sentir que emitía una extraña energía.
Esa habilidad era muy común entre los demonios, poder sentir el aura de otros seres.
El chico llevaba un traje de puro color blanco, la máscara del mismo color y cabello negro. Pero sus ojos...no podía verlos y el deseaba poder hacerlo.

Magnus caminó hacia él.
-Hola, no pude evitar pensar en invitarte a bailar una pieza.
-Emm...yo...yo...
-No seas tímido, cariño. A mí nadie se me resiste.

El demonio extendió su mano y el joven parecía estar atrapado entre la espada y la pared, no sabía que hacer. Pero a Magnus le importó poco y el chico al final aceptó la invitación.
Ambos sintieron una electricidad invadirlos.

No se soltaron en ningún momento, hasta que llegó el momento que Magnus más esperaba. El momento de llevarse a ese joven a la cama.

Magnus lo llevó a uno de los callejones con menos gente y en la oscuridad, unió sus labios con los del muchacho, quién correspondió al beso.
-Vamos a tu casa- le susurró el demonio- Allí encontraremos más diversión que aquí.
-No estoy muy seguro- tartamudeo el chico.
-Por favor, vallamos- Magnus decía sus o palabras arrastradas por dulces ronroneos. No se iría al infierno sin antes haber tenido placer.
-No creo que sea una buena idea, lo siento.
El chico desprendió del agarre de Magnus y salió corriendo. El demonio fue tras él, pero no lo encontró.

El resto del año que estuvo en el infierno, no podía dejar de pensar en ese chico y cuanto anhelaba poder encontrarlo de nuevo. Eso hizo que el infierno se hiciera insoportable por primera vez.
Al año siguiente, volvió a Venecia esperando volver a verlo.
Pero cuando lo hizo, podía sentir que su energía no era la misma, que había algo extraño en él. Y como un tonto que lo solo actuaba sin pensar, fue hacia el.
El joven lo tomó inmediatamente y lo llevó al mismo callejón en el que se habían besado por primera vez. Allí volvieron a hacerlo.
Esta vez, el beso era salvaje y tierno al mismo tiempo. Un beso que tenía cariño y desesperación.
Ambos habían esperado mucho tiempo en volver a verse.
Pero cuando la noche le estaba dando paso al día, Magnus supo que tenía que irse.
-Espera- dijo el chico después de que Magnus cortara el beso- a donde vas?
-Lo siento- se disculpó- pero tengo que irme.
-Entonces dime tu nombre, por favor.
-Magnus. El tuyo?
-Alexander.

Magnus empezó a irse, pero luego se volteo para ver a Alexander.
-Prometeme que nos veremos el próximo año en este callejón, a la misma hora.
-Lo prometo.
-Entonces será un hasta luego, Alexander.
El joven lo prometió y volvió a besar los labios de Alec antes de irse.
Y durante el camino hacia su hogar, vino a su pecho la alegría de saber que tenía algo que otros demonios nunca tendrían: alguien a por quién darle todo de si mismo.

Esa Magia Entre Nosotros (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora