Mis queridos lectores, sé que no soy de publicar dos extras. Pero como este fanfic es especial, bueno, decidí hacer una excepción.
Disfruten, hermosuras.***
Se dice que hace mucho tiempo, en los días que la naturaleza abundaba, el universo guardaba misterios y las hadas se divertían con lo humanos, un cazador caminaba por el bosque. Con su arco en sus manos y la mirada concentrada en el ciervo que había caído en su trampa.
Tenía los ojos azules como el cielo, la piel pálida como el papel y el cabello más oscuro que una noche sin luz. Pero el cazador, no sabía que estaba siendo observado.
Y no por cualquiera, sino por el príncipe del bosque y de las hadas. Era un muchacho muy guapo que fácilmente podía ser pasado por humano, excepto por sus ojos gatunos de color verde-dorado.Al principio, el príncipe quiso matar al hombre por atreverse a lastimar a un animal, pero no pudo evitar cambiar de idea cuándo lo vio. Y entonces, cayó en la peor de todas las maldiciones: se enamoró.
Se enamoró pédidamente del cazador.En cuanto el hombre de ojos azules estaba a punto de usar una flecha para matar al animal, el príncipe lo liberó de la trampa. El ciervo salió corriendo de la escena hasta que se perdió de vista. El cazador, sorprendido e indignado por lo que pasó, se dio la vuelta.
Enmudeció en cuanto vio al príncipe.
-Quién eres?- preguntó el cazador.
-Soy Magnus- se presentó el príncipe- el hijo del rey que gobierna estos bosques y exijo saber quién eres.
-Alexander- dijo el cazador- A diferencia de usted, solo soy un hombre.
-Por qué cazar a un animal indefenso?- preguntó.
-No es algo que prefiera, pero es mi única alternativa. Mi familia muere de hambre y con animal como ese, lograré saciarlos antes de qué comience el invierno.
-Yo te daré oro y joyas a cambio de que dejes tranquilo este bosque. Pero con la condición de qué vengas cada día a la misma hora a verme.
-Lo prometo.Magnus le entrego a Alec una pequeña bolsa que traía consigo. En su interior, había una exuberante cantidad de oro y algunas pequeñas y valiosas gemas.
Al día siguiente, Magnus llegó antes al lugar indicado y esperó a la llegada del joven. No tardó mucho en aparecer.
Los días pasaban y se hacían cada vez más cercanos, hasta que Alec se empezó a quedar más tiempo. Sus sentimientos evolucionaban cada vez más.
Una tarde, ambos miraban como el sol se ponía.
Estaban sentados en la rama de un árbol, tomados de las manos.
Entonces, Alec hizo algo que Magnus jamás pensó que haría: lo besó.
Alec lo besó de esa forma que solo es puede hacerlo: entregado y dulcemente.Al separarse, ambos tenían los labios hinchados y sonreían.
-Quise hacer eso desde hace mucho- dijo Alec.
Magnus sonrió y volvió a besarlo.
-Hay personas a las que se les regala cielo, pero a ti te doy el universo y todas sus estrellas- le dijo Magnus- Se mío esta noche y las siguientes.
-Siempre contigo, mi príncipe- contestó Alec. Sus palabras moldeadas por el amor y la admiración.Esa noche, Magnus lo llevó al lugar que pocos hombres han ido y regresado. Lo llevó a la tierra de las hadas.
Allí, ambos se entregaron bajo la noche, las estrellas y en el nombre de su amor.Los años pasaban y la rutina seguía siendo la misma.
Ninguno quería estar lejos del otro, por qué no podían sentir la vida sin su compañía.Pero una tarde, mientras Alec se dirigía al bosque para encontrarse con su príncipe, las personas de su aldea llegaron a detener al muchacho.
-Sucio- lo llamaron- Asqueroso que tiene tratos con los demonios.
Dos hombres tomaron a Alec se los brazos. El cazador intentó defenderse, pero no pudo.
Uno de ellos sacó un puñal y estaba a punto de clavárselo a Alec, cuando las ramas de los árboles cobraron vida.
Ellas tomaron a los hombres y los los arrojaron lejos.Cuando Alec estuvo a salvo, Magnus emergió del bosque y corrió a los brazos de su novio, besándolo.
-Creí que te perdería- le dijo el príncipe.
-Nunca pasará eso- le contestó Alec dulcemente.
-Te lastimaron? Estás bien?- Magnus empezaba a revisar con preocupación si Alec tenía alguna herida.
Alec sonrió por la preocupación de su novio.
-Escapa conmigo- dijo el príncipe.
Magnus tenía miedo por Alec y haría cualquier cosa por protegerlo. Tenía tanto miedo por perderlo.
Alec no pensó dos veces la propuesta de Magnus y aceptó después de besarlo
-Te amo- le dijo Alec.
-Yo también te amo- le contestó Magnus
Ambos se tomaron de las manos y corrieron a internarse en la tierra de las hadas.
Allí, donde estuvieron muchos días y noches juntos.
Porque todos sabemos que cuando un hada ama y entrega su corazón, es para siempre.
Mucho más si su amor es siempre correspondido.
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Esa Magia Entre Nosotros (Malec AU)
Hayran KurguNovela corta Malec AU Magnus Bane vive en una aldea de brujos, escondidos de los temibles cazadores que matan brujos y venden sus marcas al mercado negro. Cuando Magnus (debido a su curiosidad) desobedece la regla mas importante, cae prisionero por...