02 de enero del 2017
Querido Matías
Eres peligroso, eres veneno y yo soy una masoquista por querer ir detrás de ti. Eres mi nicotina y yo soy fielmente adicta a tus encantos, porque no importa cuantas veces me digan que me haces mal, aún voy a seguir corriendo hacia ti.
Sé que probablemente no estemos destinados a estar juntos, probablemente nunca lo estuvimos y no sabes cuanto me duele. No sabes lo horrible que es no poder decirte todo lo que siento, o en otros casos pelear contigo hasta que todo termine en una sección de besos y abrazos.
Pero como todo en mi vida, nada puede salir como lo deseo.
No tienes una mínima idea de lo que siento con cada día que te alejas más de mi, lo detesto. No puedo hacer nada para volverte a enamorar, porque vaya sorpresa vives en el otro extremo del continente y no puedo permitirme un viaje hasta allá.
Así que cuando me siento frustrada, los buenos recuerdos vienen a mi mente. Como la primera vez que me dijiste te amo, estaba en la casa de mi tía y te pregunte si sentías algo por tu ex todavía, porque realmente pensaba que nunca podrías sentir algo tan fuerte por mi cómo lo sentiste por ella.
Tú solo me dijiste te amo, teníamos como dos meses siendo amigos y sabiendo que nos gustabamos. Y aún así me dijiste "Dime que no me amas. Vamos, estoy listo", creo que a ambos nos asustaba como el demonio la palabra "relación".
Pero finalmente te contesté que yo también, aunque realmente no lo sentía para ese entonces, al menos no tan fuerte como lo siento ahora. Pese a esto, fui sincera y eventualmente cuando se dio de manera honesta el sentimiento surgió.
Todo el aprecio se convirtió en una avalancha de amor y lo sigo haciendo, ahora me encuentro deseando con toda mi alma que sea una mentira, que pueda despertar un día y tu nombre no me lastime más.
A veces pienso que tal vez no debí decirte que te amaba.
