Eight

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Querido Matías

Ahora quiero hablar de la vez que nos peleamos, es increíble que pueda decir "la vez" y no "las veces". Pero me alegra, puesto que me recuerda lo bien que solíamos llevarnos juntos. Ahora, la pelea en si no es importante, porque fue estúpida y sin sentido, quiero hablar de lo que pasó después.

Recuerdo que desapareciste 15 días y luego volviste disculpandote y diciéndome que tu mamá te llevo a otra ciudad de paseo con tus hermanitos, los cuales sigo considerando adorables y realmente extraño en estos momentos.

Creo que en cierto modo, son lo que más voy a extrañar de ti cuando finalmente tus recuerdos se dispersen, sus agudas y tiernas voces llamándome por el mismo apodo que siempre usabas conmigo "Panda".

Recuerdo cuando me contaste que Benjamin preguntó "¿Hoy también vamos a enviarle audios a la chica panda?". Fue completamente adorable, pero fue más adorable escucharte "pelear" con él acerca de que era tuya y que se consiguiera otra chica panda, aunque aún no entiendo del todo por que me llamabas así, tal vez por mis ojeras del tamaño de dos golpes o porque realmente adoro dormir.

O cuando tu otro hermanito, Mateo hablaba conmigo por audios. Ambos eran una ternura y los voy a extrañar, tanto como te extraño a ti o puede que incluso un poco más.

Recuerdo que luego de la pelea me enviaste un párrafo larguísimo, en el que me pedias disculpas, fue tan lindo que empecé a llorar. Aunque no es nada nuevo teniendo en cuenta que soy prácticamente una regadora cuando se trata de ti.

Dijiste: "Perdón por desaparecer cada semana y dejarte preocupada, perdón por no decirte lo hermosa que eres o cuánto te amo todo el tiempo, perdón por todo eso, pero sabes que no puedo hacerlo, no soy un chico así. De cualquier forma te amo, te amo demasiado y no me importa que tan cliché suene esto, no me importa porque te amo."

Eras tan tierno conmigo, que la única explicación lógica que había era que debías ser un ángel y lo eras, muy a tu manera, pero eras mi ángel solo que un poco tarde me daría cuenta de que eras uno caído.

Querido MatíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora