°Epílogo°

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Querida Samantha:

A veces, las personas tomamos decisiones que pueden ser del agrado de muchos y del  desagrado de otros. Lo único que nos debería importar es que esas decisiones nos hagan felices a nosotros mismos. ¿No estás de acuerdo conmigo?

Sé que en estos momentos tal vez no quieras saber nada de mí. Sé que tal vez no quieras ni verme en pintura. Por eso te escribo esta carta, porque tú decidiste hacerme una confesión en una. Ahora yo me confieso en otra.

Yo era un inocente que pensó que podía tener al amor de su vida, pero no pensé que esa persona me mandaría por un tubo. Por eso estoy herido, por eso mi corazón no puede verte como tu desearías. Ojalá me hubiese enamorado de ti, antes que de ella.

Eres tan pura, tan inocente y me duele saber que soy yo quien te causa dolor. Lo lamento mucho. Pero no podía irme sin decirte esto. Espero algún día poder enamorarme de ti. Y espero que para ese día tú todavía lo estés de mí.

Santiago.

El chico de la parada del autobús ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora