Has sentido que todo tu mundo se destruye cuando alguien se acerca y descubre quien eres en realidad; cuando tarde o temprano alguien decide que es hora que digas la verdad, ya sea por las buenas o por las malas. Cuando ese alguien juega contigo un juego llevado a tal crueldad que solo los más fuertes pueden vivir para contarlo, ese juego es la vida.
Todo comenzó cuando un grupo de amigos fueron a un campamento de verano, estaban dispuestos a pasar lo mejor de lo mejor. Pero toda su vida cambio en el momento en que llegaron a pisar ese lugar; algunos pensaran que es un lugar maldito, donde mataron a alguien, o donde un psicópata les acechara. Pues queridos amigos es todo lo contrario.
La historia comienza con seis, seis dulces niños que querían divertirse; sin embargo, su pesadilla comenzó allí.
Su dichosa historia comenzó a la espera de la madre de Luis Borja, para que ella los llevara directo al comienzo del juego de alguien que viene a vengarse y jugar con ellos. Entre risas, sueños, y deseos de llegar al lugar que habían visto por internet, los seis amigos apostaban unos con otros, cosas ridículas como; "a cuantas niñas pueden vacilarse", "cuál será el mejor record de clavados", entre otras cosas.
Enrique Cárdenas, Luis Borja y Ángel Valencia, estaban hablando de temas como fiestas, alcohol, cosas fuera de su edad, que eran los fabulosos 17. Quien no recuerda esa edad, a la espera de cumplir 18 y ganarse por fin "su libertad".
- Se imaginan hacer una fiesta por nuestros 18.- Menciono ansioso Luis, era el más entusiasta. Su tez blanca contrastaba a sus ojos verdes, su cabello negro igual; y su sonrisa llegaría a ser cautivadora para cualquier chica.
- Todavía piensas en una fiesta, yo solo quiero entrar a la universidad y por fin seguir leyes.- Dijo Ángel en un tono de desagrado. Su cabello negro difuminaba muy bien sus ojos cafés, su tez algo bronceada tenía algo que a las chicas les gustaba.
- Yo solo quisiera que el colegio acabara, y celebrar con una fiesta que tenga alcohol, droga, y sexo.- Dijo Enrique. Era un chico muy lindo, ojos cafés claros, tez blanca pero no tanto como la de Luis, y su cabello castaño.
Mientras tanto, Jessy Palacios Y Belén Altamirano, hablaban sobre chicos, y sus futuros vaciles que encontrarían en el campamento. Jessy era de esas chicas que se pintaban el cabello de rojo, su tez blanca como la nieve y sus facciones perfectas hacían que todos los chicos les llamara la atención; en cambio Belén, era una chica de cabello largo que llegaba hasta sus muslos, su cabello era entre castaño y rubio, sus ojos eran claros entre cafés y verdes, y su tez era de color oliváceo. Johan Ortiz era el único que estaba rezagado y fuera del grupo, leyendo un libro, uno de esos de crímenes que nadie más en ese grupo les gustaba. Era de esos chicos que con cabello castaño, tez entre bronceada y pálida, ojos cafés claros.
Cada miembro del grupo ocultaba algo, algo que si se lo es revelado puede acabar, no solo con la reputación que han construido en el colegio, también acabarían con su familia. Con cada secreto que cargan una mentira tenía que ser revelada. Si no mentían sus secretos podían descubrirse.
Todos tenían algo en común, o mejor dicho a alguien en común. Mediante esta persona, los chicos van conociéndose y desconfiando de unos que eran "los reyes de la colmena".
Al llegar la madre de Luis, la señora Jessica Borja. Todos los chicos comenzaron a sacar sus maletas para ponerlas en la camioneta de la familia de Luis. Todos subieron, sacaron sus iPhone y comenzaron a colocarse cada uno sus auriculares. Fue un largo viaje del cual transcurría desde la capital del Ecuador la ciudad de Quito hasta la ciudad de Otavalo. Un viaje de 2 horas, muy pronto los viajeros comenzaron a cansarse de escuchar música y comenzaron a bromear.
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Los secretos nos unen
Teen FictionEn la ciudad de Quito, los secretos no son tan fáciles de guardar. Cuando guardes un secreto, ocúltalo con mentiras. Belén, Enrique, Luis, Ángel; son chicos que guardan los más oscuros secretos, que jóvenes de 17 años no podrían guardan. Cuando mue...