Capítulo XII
Después del amenazante mensaje que dio lugar a las preocupaciones del grupo de amigos, llegó otro mensaje de alivió al celular de Enrique.
"Estoy llegando. ¿Ya saliste? - Ricardo."
- No te puedes ir. –Dijo Bel a su amigo.- Si –P te hace algo no sabríamos que hacer.
- ¿Estás seguro de lo que quieres hacer? –Dijo Luis.
- Quiero olvidarlo, quiero saber que hay otros caminos. –Dijo convenciéndose Kike.- Sí necesito ayuda les llamaré.
- Suerte, ahí está. –Dijo Luis señalando el auto de Ricardo.
En un auto gris llega Ricardo, sonando la bocina de su auto para llamar la atención de su cita. Sin prisas y apuros se sube Enrique y se despide de sus amigos. Ellos se dirigen al parqueado de La Ronda, donde dejaron el auto de Belén; al llegar se dan cuenta que la puerta del chofer estaba abierta. Se dirigieron de prisa al auto y Ángel reviso en capó del auto sin encontrar alguna novedad, mientras tanto Belén revisaba el interior del auto y al abrir la guantera encuentra un sobre donde ve una foto que le trajo un recuerdo.
- ¿Por qué diablos llorar? –Dijo Jessy enojada.
- No es bastante saber que tu madre le engaña a tu padre.–Dijo Belén con lágrimas en los ojos.
- No es la primera y última. –Dijo Jessy mientras se veían en el espejo del cuarto de Belén y se maquillaba.
- Jessy, mi madre engaña a mi padre. Mi madre es una zorra. –Le grito.
- Pero ¿tú cómo lo sabes?- Regreso a verla.
- Yo los acabe de ver, tú estabas presente. –Dijo ella aún más molesta.
- Yo no vi nada, Belén exageras. –Dijo mientras se seguía maquillando.
- ¿Lo crees?, prométeme que no dirás a nadie de esto. –Dijo Bel parándose y dirigiéndose a ella.
- Lo juro, por lo más sagrado que es mi rostro. –Dijo Jessy con una sonrisa reflejada en el espejo.
En esa foto sale la silueta de la madre de Belén con su tío, en plena acción de lujuria y pasión. Detrás de la foto tenía escrito algo.
"Mira en la cajuela de tú hermoso auto. –P."
Antes que pudiera hacer algo para evitar que Luis abriera la cajuela, él grito a los chicos a que vinieran. Encontraron cuatro lápidas con los nombres de los cuatro chicos, hasta con su fecha de muerte.
Mientras tanto el auto gris se dirigía al norte de la ciudad, Enrique no se daba cuenta lo que recorrieron; sólo podía recordar las palabras de Ann, ¿sería cierto que Paúl está vivo? De pronto un frenazo brusco lo llamó a la realidad. Ricardo freno y bajó del auto para ayudar a un perrito con la pata rota, de pronto Ricardo entra de nuevo al auto y coloca la emisora.
- ¿Por qué? –Preguntó Kike.
- Pues me gustan los animales, hago voluntariado en el PAE. –Dijo Ricardo mientras veía por el parabrisas.
- Tú sabes de qué habló. –Dijo Enrique con frialdad mientras veía por la ventana.
- No sé, sólo quería conocerte más. –Frenó en una luz roja del semáforo.- Desde que te vi me enamoraste.
- ¿Por qué? –Dijo Kike con frialdad.
- ¿Estás bien? –Preguntó Ricardo con tristeza.
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Los secretos nos unen
Teen FictionEn la ciudad de Quito, los secretos no son tan fáciles de guardar. Cuando guardes un secreto, ocúltalo con mentiras. Belén, Enrique, Luis, Ángel; son chicos que guardan los más oscuros secretos, que jóvenes de 17 años no podrían guardan. Cuando mue...