Amenazas al trío demoniaco

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Capítulo XIV

- Está bien, déjenme comprender esto; ¿a los tres se les presento Paúl, menos a mí? –Dijo Bel mientras tomaba su cappuccino con sabor avellana.

- Pues eso parece, eres la única que dice que sigue muerto. –Dijo Luis mirándola directamente.

- Bel, debes entender; nosotros no alucinamos, estamos totalmente seguros que era él. –Dijo Ángel mientras comía una empanada de queso.

- ¿Por qué no nos crees? –Dijo Kike mirando a su amiga.

- Chicos, no lo sé, la verdad hasta que no vea a Paúl estaré escéptica a todas sus palabras.- Dijo mirando el reloj.- Me tengo que ir tengo deportes. -Se levantó y tomo su mochila donde tenía sus zapatos de soccer.

- ¿Te comerás tu pastel? –Gritó Kike.

- Quédatelo, así tal vez tu cerebro analice las cosas. –Dijo alejándose Bel.

- Ustedes también lo vieron, debemos encontrarlo y saber porque huyo. –Dijo Ángel.

- Pero, ¿cómo lo encontraremos? ¿Qué haremos con Ann? –Preguntó Kike llevandosé el pastel a su boca.

- Hable por Skype con mi padre, me dijo que podría hacer que Ann salga de allí.

- ¿Y cuándo vendrán tus padres de Londres? –Preguntó Luis.

- Dijeron que máximo en dos días más. Tienes que ver algo sobre una beca para mi hermano. –Dijo Ángel.

- Es verdad, mi hermana también viajará, se ira a Venecia. –Dijo Luis con envidia.

- Hablando de hermanos ahí está el mío. –Señaló Kike.

- Enrique, mamá y papá vendrán por nosotros para ir a comer sushi. –Dijo Morgan. El hermano mayor de Kike, uno de los chicos más estudiosos en la especialización de Químico-Biólogo; su carisma le llevo a estar como candidato a presidente. Se atrasó un año de escuela por un viaje al exterior.

- Está bien, ¿a qué hora? –Dijo fríamente.

- A las 2, no tardes. –Él se alejó y se dirigió a la mesa donde se sentaban los químicos.

- Tú odias el sushi. –Dijo Luis.

- Y Morgan sabe que lo odio, por eso vamos a comer allá. –Dijo mirando a su hermano de lejos.

- Deberías golpearlo.- Dijo Ángel igual viendo a Morgan con desprecio.

- ¿Crees que eso funcione? –Dijo Kike.

- No lo sé.

- Tengo que irme; tengo música. –Dijo Kike.- Y ahora son las audiciones para el coro.

- Yo tengo que ir a filosofía, tengo examen y no llegare tarde. –Dijo Luis.

- Tengo entrenamiento de fútbol, ¿entonces? ¿A las 4 en mi casa? –Dijo Ángel mientras tomaba sus cosas.

- Está bien, avisen a Belén.

Al llegar al examen de filosofía, Mateo estaba sentado en el puesto de delante de Luis; cuando comenzó el examen, a Mateo se le cayó un papel por debajo del asiento de Luis. Cuando logro ver el papel, Luis lo recogió, y al guardárselo el profesor se fijó en el papel del bolsillo, lo hizo sacar y cuando lo abrió no encontró nada; por milagro Luis había sacado otro papel.

Los secretos nos unenWhere stories live. Discover now