Capítulo seis

74 7 3
                                    

SARA

Hoy desperté algo tarde, ya que era sábado quería descansar un poco. Cuando abrí mis ojos tenía algo de pesar, mi tío no estaba y pues, estoy sola. Todo eso cambió cuando recordé que mi hermano está en casa, me levanté de mi cama con una gran sonrisa y fui al baño a darme una ducha.

Salí del baño y caminé a la sala de mi casa.

—¡Hoy será un gran día!—dije con gran alegría.

Cuando llegué a la casa vi a Cristopher sentado en el sofá viendo la televisión, como siempre tan productivo.

—Pero miren quien decidió despertar—dijo él burlándose.

Reí por su comentario y me abalancé sobre él.

—De verdad me alegra que estés aquí, Cristopher, siempre me haces reír—dije con entusiasmo.

—Ya, ya... A mi también me gusta ver a mi pequeña hermanita— desordenó mi cabello— ¿Por qué no nos levantamos de aquí y desayunamos algo?

—Suena bien—me levanté y Cristopher hizo lo mismo.

Fui a la cocina y vi que mi hermano colocaba algo de música.

—¡Hay que animarnos un poco!—dijo él con una sonrisa mientras hacía un baile raro.

Cuando lo vi haciendo ese baile raro reí, él siempre encuentra la manera de sacarme una sonrisa. Fue hasta la cocina, tomó mi mano y me condujo a la sala haciéndome bailar con él.

Mientras bailábamos y reíamos pensaba en cuánto me hacía falta algo de diversión, con mi tío siempre es todo igual, peleas, peleas y más peleas. Pero cuando estoy con Cristopher siento por fin lo importante que es la familia.

Cuando terminamos de hacer el tonto nos dirigimos a la cocina y empezamos a preparar un delicioso menú, básicamente eramos como dos niños pequeños jugando con todo.

Terminamos y llevamos nuestros platos llenos de waffles adornados con crema batida y fresas.

—Debo admitir, Sara, que eres una buena cocinera.

—Ya tengo algo de práctica, siempre hago el desayuno, para mi y para mi tío.

Él solo me miró como si le molestara algo.

Nos sentamos en la mesa y empezamos a comer, toda estaba muy delicioso. El ingrediente más importante cuando cocinas es el amor.

—Muy bien hermanita, eso estuvo delicioso, tienes mucho talento—dijo él mientras recogíamos los platos y los llevábamos a la cocina.

—Tú igual, los dos contribuimos para esto— reí. —Ven, veamos una película—lo tomé del brazo y lo llevé hasta la sala sentándome en el sofá. —Muy bien, tengo una película muy buena por aquí—puse la película y me recosté en su hombro.

Mientas veíamos la película reíamos de las tonterías que se nos ocurrían, comíamos palomitas y disfrutábamos de un lindo rato hasta que acabó.

—¡Wow! La película estuvo muy buena, Sara, tienes un buen gusto, al igual que a tu hermano te gusta divertirte.

Luego de eso decidimos salir en el auto a explorar un poco la ciudad mientras observábamos las hermosas vistas.

En el camino nos detuvimos en un parque, nos bajamos del auto y empezamos a jugar. Me subí a un columpio y él me Empujaba. En ese momento sólo me venían recuerdos de cuando éramos pequeños, siempre nos divertíamos tanto y es de seguro uno de los recuerdos más lindos que tengo.

Jugamos por todo el parque hasta llegar al tobogán, allí nos deslizábamos haciendo carreras entre nosotros. Sé que parecíamos niños pequeños, pero al demonio, quería divertirme con mi hermano.

La vida según SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora