III: Amor es debilidad.

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El amor es debilidad.

Es lo que Harry siempre se repetía. Harry nunca se había enamorado. Harry nunca tuvo una novia, ninguna relación. Harry nunca tuvo amigos. Harry nunca amó.

Pero exactamente ¿qué es el amor? Bueno, el amor es una ilusión o fantasía que creas sobre algo o alguien, algo que crees sentir.

Una mezcla de endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, el cuarteto que te hace sentir mariposas y ver el mundo color de rosa.

El amor dicen que lo sientes en el corazón, pero esas solo son estúpidas mentiras, aquello llamado "amor", está en tu mente, es psicológico, nadie te hiere, nadie te lástima, solo tú mismo. Simplemente no estás liberando suficiente sustancia en tu cerebro.

Personas que dicen amar cuando no saben apreciar, personas que se unen por amor pero terminan en problemas debido a sus confusiones o problemas "sentimentales". Terminan mal, separándose, o están tan acostumbrados a la persona que crean una mentira convenciendo a su mente de que aún se aman.

En conclusión, el amor es una farsa.

Harry parecía estar convencido de aquello. Él jamás supo que es el amor, en toda su vida no lo dio, tampoco lo recibió. Su familia, ni su padre, ni su madre, nadie lo mostró ante él, su padre le repetía una y otra vez al pequeño de rulos: el amor es debilidad.

No debía amar.

Dicen que tu madre, a pesar de todo, te amará. Siempre existirá esa conexión madre e hijo, después de todo, te engendró, pero ¿qué clase de amor materno es aquel que te obligaba a matar? En lugar de ir al jardín de niños, el pequeño aprendía a como armar y desarmar una pistola.

Aprendía con claridad cada parte del cráneo humano, donde podías causar una pérdida de memoria, donde causar una hemorragia, donde podía morir al instante, movimientos que podía hacer con un arma para que la bala atravesará perfectamente el cráneo.

Su padre al estar ocupado el 90% del día, le otorgaba a su madre el papel de enseñar el uso de armas a su hijo. Comenzó con lo básico: cuchillos. Ángulos perfectos trazaba su madre con ellos, el arma perfecta para hacer sufrir y suplicar a alguien.

Y no, no eran muñecos, no eran maniquíes, eran personas con las cuales le enseñaban y practicaba. Al inicio era insoportable la imagen del cuerpo lleno de llagas sangrientas, los gritos de las personas pidiendo piedad sin ser concebida; ver como un niño, un mocoso te hacia sufrir, dándote una muerte lenta y dolorosa. No es la manera en que imaginas tu muerte.

Cada vez que se rehusaba a obedecer, se llevaba un golpe en la mejilla, a veces en sus manos. Su madre, lo controlaba de una manera especial: con una campana. Una pequeña campana que hacia tintinear cada vez que el pequeño rizado se ponía en su contra, para hacerlo callar y algunas veces para llamarlo.

El pequeño, pasó una infancia traumática, una adolescencia amarga y ahora una madurez... en realidad no sabía lo que pasaba por el momento con su vida.

Hace ya un mes que tenía a aquel omega en su casa, desde entonces, se ha vuelto una necesidad respirar su olor dulce a cacao. Verlo descansar en su cama plácidamente, mientas su pecho sube y baja. Mirar por la ventana de su oficina como habla con las flores del invernadero. Observarlo comer torpemente con solo una cuchara, ignorando el resto de los utensilios.

¿Han percibido aquel maravilloso olor masculino que les llena los pulmones? Aquel olor exquisito que no puedes dejar de inhalar; o al menos así lo creía Louis. Al percibir aquel aroma que distinguía a Harry, tan masculino, exquisito, adictivo. La mezcla de su colonia cara, con su olor a vainilla en su cabello y lechosa piel, mezclado con su olor personal de alfa, era algo que la nariz del castaño le era necesario respirar.

Búsqueda Mortal |L. S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora