Capítulo 2

2.1K 193 33
                                    

Ya estoy en las puertas del gran edificio que tiene la empresa en la que trabajo actualmente. Suspiro, esto va a ser un infierno si los chicos se comportan como ha dicho el jefe. Miedo me da que quieran hacerme algo que sea en contra de mi voluntad. Pobre de ellos si intentan ligar conmigo.

Respiro hondo, me peino con la mano y me arreglo la camiseta para entrar de una vez en el edificio. Que dios se apiade de mí.

Al entrar, me voy al ascensor y saco el papel que me dio el jefe, el papel en el que está apuntado el piso que debo ir hoy para las sesiones que van a hacer ahora.

Entro y pulso el botón del piso. Me espero con una mujer al lado con unos cuantos papeles en las manos que parecen tener poca importancia. No voy a ponerme a mirar donde no debo, porque se va a pensar que le estoy mirando los pechos, y no es así.

Cuando las puertas se abren, la mujer sale como si tuviera cohetes en los tacones que resuenan por todo el pasillo vacío. Se vuelven a cerrar las puertas y me quedo sólo de nuevo, así que voy a pensar un poco, porque lo necesito.

Tengo que planear lo que voy a hacer si todo esto sale bien. Podría irme a vivir con Sebastian para probar el vivir con alguien que no sea alguno de mis padres. Seguro es bueno, además que no me importa que se desnude en casa, porque ya le he visto más que suficientes veces como para no tener vergüenza de ver la cola al aire libre.

Con el paso del tiempo podría irme a vivir sólo, soy más que inteligente y auto suficiente como para encargarme de las tareas del hogar yo solo. Siempre he sido el que limpiaba la casa desde que he podido agarrar una escoba. Mi madre siempre me obligaba.

Jake, tienes que centrarte primero en el trabajo, en ver si de verdad aguantas o te vas de aquí de inmediato. Seré fuerte, no dejaré que me utilicen como un condón.

Las puertas se abren y salgo disparado hacia la zona de trabajo. Llevo un minuto de retraso, que no es tanto, pero quiero llegar lo más puntual posible.

En la puerta del estudio de grabación está mi jefe Liam, con los brazos cruzados y apoyado en la pared, mirando al techo, como si se le hiciera eterno el día.

—¿Liam? —llamo su atención—. ¿Pasa algo?

—No, solo quería ver si llegabas a tiempo —mira el reloj de pulsera—. Un minuto tarde, no es nada. Al menos llegaste casi puntual. Me gusta. Entremos para que conozcas al menos a unos cuantos de los actores antes de que se pongan a trabajar —abre las puertas y entramos en el estudio, donde varios chicos en calzoncillos llevan ropa en las manos.

—¡Hora de vestirse, chicos! La toma de hoy es una orgía de trabajo —les ordena el director del vídeo.

—Si no te importa, Chuck, quiero presentar a un nuevo empleado.

—Claro que no, jefe. Usted manda —se acerca a nosotros y me presenta.

—Jake, este es Chuck, el director de la mayoría de nuestros vídeos. Chuck, este es Jake, el chico del que te hablé.

—Así que tú eres el nuevo "canguro" de los chicos —hace comillas con los dedos y eso me molesta—. Pues la noticia les va a hacer poca gracia.

—Que lo sepan ya. Llámalos.

—¡A la orden! —agarra un megáfono y lo pone a volumen bajo para que los puedan oír todos sin pasarse de estos muros—. ¡Queridos actores míos! ¡Venid!

Varios chicos de distinta estatura y musculatura se acercan. Me estoy poniendo nervioso, las manos me tiemblan y la carne se me pone de gallina de solo verlos. ¡Concéntrate, Jake! No debes dejar que vean que eres vulnerable.

—Chavales —comienza a hablar el jefe—, hoy os traigo a otro chico bastante... Fuerte, por lo que puedo notar.

—¿Otro culo que estrenar? —dice uno de los chicos, no he visto quién, pero su voz se me ha quedado en la mente.

—No, que va. Es otro canguro.

—¡¿Qué?! —se quejan todos de inmediato al escuchar eso.

—¡No somos niños pequeños!

—Eso lo sé, pero es por vosotros, necesito que os hagan ver la realidad, y creo que él puede hacerlo. Se llama Jake Alston, y espero que no le hagáis nada malo sin su consentimiento, porque si viene a mí y me dice que le habéis hecho daño, ya podéis despediros de la carrera pornográfica.

Se quejan por lo bajo, maldicen sin descanso y el jefe, ya contento, se va de aquí.

—Espero que te las sepas apañar, chaval.

—Haré lo que pueda —me guiña el ojo y cierra las puertas del establecimiento para poder grabar.

—¡Venga, a vestirse! —ordena el director y todos se van a vestir.

Yo me paseo por todo el lugar para ver qué puedo hacer y asegurarme de que todos ellos están bien. La verdad es que ninguno hace ninguna estupidez ahora, así que puedo estar tranquilo.

—¡Puta corbata! —llego a escuchar a mi izquierda y me dirijo ahí.

Lo único que veo es a un chico en calzoncillos que mira una corbata como si la odiara de toda la vida, su enemigo natural. Me acerco y se percata de mi presencia, dejando que sus ojos azules oscuros se posen en mí. Su cabello castaño peinado hacia arriba ya es algo que me gusta de este actor, ya que acompaña a su barba poco poblada.

 Su cabello castaño peinado hacia arriba ya es algo que me gusta de este actor, ya que acompaña a su barba poco poblada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Anda, si es el canguro. ¿Qué te trae aquí? ¿Es mi esbelta figura? ¿Es que quieres probarme ya tan temprano de empezar a trabajar aquí?

—No, me ha traído aquí tu queja con la corbata. Venga, ponte la camisa, que te ayudo con tu peor pesadilla.

—A la orden —se pone la camiseta de color rosa y yo empiezo a ponerle la corbata, ha hacerle los nudos y todo—. Dime, ¿qué te trae a este trabajo? ¿El ver chicos guapos?

—No, el dinero.

—Por cómo eres, creo que sé lo que pasa.

—¿Ah, sí? Venga, dime.

—Eres un adolescente que quiere dinero para sus videojuegos, su coche o moto, sus fiestas y demás. Quieres tener pareja, hijos adoptados y una buena casa en la que vivir. Un futuro brillante para tus hijos. ¿He acertado? —le aprieto un poco la corbata para que le moleste—. ¡Ay! Cuidado.

—Eso por intentar adivinar mi vida, porque lo que has contado es todo un cliché.

—¿Acaso no he acertado?

—Para nada. ¿Tener pareja para que sea como tú? No, gracias.

—No seas tan malo conmigo, sino me quejo al jefe.

—Tranquilo, mi deber es hacer que estéis bien —termino de hacerle la corbata y le doy un par de palmadas en el pecho—. Venga, a trabajar.

—Por cierto —se acerca mucho, tanto que noto su respiración—, me llamo Hansel.

Lo alejo de mi cara y me voy alejando.

—Jake. Y si no te importa, te esperan.

Hace como un militar y se va hacia el plató para ponerse a grabar. ¿Soy yo o todos los chicos aquí son iguales intentando seducir todo lo que se mueva?

Bueno, mi turno tiene varias horas, así que ya puedo prepararme para lo que viene.

Trabajando En Una Empresa P*rnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora