Capítulo 8: Sorpresas de graduación

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La preparatoria es una etapa que nunca olvidaré. Realmente te preparan: al rechazo, a las hipocresías, al trabajo, a todo... menos a la vida amorosa, ya sea el amor o el desamor.

Hugo fue mi amor de preparatoria. Todo era bueno en esos tiempos... me llevaba super con todos, se peleaban por estar conmigo, era popular.... De hecho no, yo era lo contrario: sola con mi soledad, la tímida e ingenua chica con la que nadie (o casi nadie quería estar). Por lo regular mi grupo de amigas y confidentes se componía de dos personas únicamente, mi amiga Vivian y mi amiga Angélica. Ellas sabían de pies a cabeza mis intentos de amor con Hugo. Y por lo regular (por algún extraño motivo) Angélica siempre me "echaba porras", me motivaba a luchar por el amor de ese hombre.

Pero no fue sino hasta la cena de graduación que me enteré de ciertas verdades... que cambiaron mi vida para siempre.

Recuerdo que ese día llevaba un vestido azul, entallado, con vuelos cayendo por mis piernas,mi cabello lacio para cambiar un poco el ondulado cabello tan característico de mí, mis zapatillas no tan altas pero que me hacían sentir grande y mi mejor sonrisa dispuesta a recordar todo lo que pasara en esa noche tan especial.

Todo comenzó muy bien, la cena, la música; y luego Angélica, Vivian y Keysi llegaron a platicar conmigo. Charla de chicas, sobre zapatos, criticando el maquillaje y los vestidos... todo normal hasta que Keysi me dijo que era muy afortunada al ser "deseada" por todos. Vivian y Angélica intercambiaron una mirada sospechosa, de esas que al verlas sabes que te están ocultando algo; y Keysi se arrepintió de haber abierto la boca.

Resulta que se habían prometido no decir nada hasta después de la graduación ya que temían que yo pudiera armar un alboroto.
Finalmente me confesaron que le gustaba a la mayor parte de la población varonil de la prepa.

Debo admitir que me agarraron en curva, estaba pensando en disfrutar la noche, nunca me imaginé que tal cosa fuera a llegar a mis oídos. No podía decir nada, las palabras no fluían por mi mente y mucho menos llegarían a mi boca.

No podía evitar ponerme más roja con cada palabra que me decían, eso era increíble, y no podía creerlo. Era como un sueño en el que me estaban diciendo que yo, Ivanna Robinson, la chica tímida del salón era la chica más "cotizada y deseable" de la Preparatoria de San Sebastián... y no era un sueño, en realidad me lo estaban diciendo.

Los motivos: les gustaba porque era extrañamente sexy, tenía buen cuerpo, era un misterio y no actuaba petulante en comparación con el resto de las chicas.

Hay muchos adjetivos con la letra "I" para ponerle a un amor: indeseable, indomable, innombrable, inocente, ingenuo, increíble, inigualable, inalcanzable... Y yo me había convertido en Ivanna, la INALCANZABLE.

Estaba en shock. Ahora comprendía la reacción de los chicos cuando me le "declaré" a Hugo. Ellos le dijeron que era muy afortunado por haber sido elegido por mi, por la inalcanzable.

El resto de la noche no podía haber sucedido de otra manera, todos querían bailar conmigo, todos querían estar conmigo, quién sabe de cuántos sueños eróticos fui la protagonista o de cuántos fui la chica de sus sueños. Esa noche estuve confundida. Y hasta la fecha no he podido dejar de pensar en por qué nunca se atrevieron a decírmelo.

Y tal como decía la canción que estaba de moda en esos tiempos, me habían considerado. Tal vez imaginaron que yo los batería y les diría que no. Aunque no puedes emitir una opinión sin siquiera conocer o comprobarlo.

Muchas gracias por leer ♥

La Terrible Vida Amorosa de Ivanna RobinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora