Treinta días 2doc.

Día 2.

Abrazarse, acurrucarse o darse mimos.

Eran las cuatro de la mañana y Stuart aun no se podía dormir, aun seguía con su miedo a que una ballena se lo tragaría cuando menos se lo esperara y no había nadie cerca para que lo consolara, así que se levantó y tiro un par de cosas para hacer ruido. El Cyborg fuera de su habitación no tardó en responder y correr a avisarle a Murdoc que estaba despierto.

— ¡Maldita sea 2-D, estoy tratando de dormir! —su puerta se abrió violentamente.

— ¿Puedo ir contigo? —le dijo tembloroso.

—No —respondió frio y salió de la habitación para cerrarla.

— ¡Por favor Murdoc! —esa palabra mágica hizo que cambiara de opinión.

—Si, ya ven conmigo —el menor corrió detrás del otro y caminaron entre la obscuridad para llegar a la habitación del mayor.

Ambos se tiraron a la cama y ahí se quedaron, pero hacia mucho más frío de lo que pensaba el peli-azul, así que se abrazó del mayor para quedarse dormidos.

En la mañana cuando Stuart aun no despertaba, Murdoc se quedó un rato acariciando el cabello del menor, suave y delicado, muy bonito en verdad.

—Me vuelves loco Stuart.

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