Treinta días 2doc.

Día 12.

Libre.

— ¡Vete adelantando, yo te alcanzo allá! —gritó la nipona desde su habitación.

— ¡Esta bien! —respondió el hombre y salió de la casa.

Comenzó a caminar rápidamente, sin llegar a correr o a trotar, le había prometido a Murdoc llegar temprano, llegando al lugar comenzó a buscarlo. Era un día bonito, el cielo nublado, el pasto en sus pies fresco, las flores de todos colores por todos lados; y cuando lo vio, fue con él corriendo.

—Hey Mudz, llegué... —miró su reloj—, un par de minutos tarde, lo siento, estaba esperando a Noodle para que se terminara de arreglar pero mejor me adelante, ella llegará en un rato.

Pero sólo obtuvo un frío silencio, entonces pensó en que (a pesar del tiempo), seguiría molesto por lo que paso de las últimas veces que se vieron.

—Lamento haberte gritado esa vez, no era mi intención hacer que te sintieras de esa forma, Russel también lo siente por golpearte, pero no se si sabías que... Se fue a New York con su esposa hace un par de días—aun silencio—, en serio lo siento Mudzy, te amo.

—Stuart —el peli-azul se volteó para ver a la menor acercarse—, yo también lo extraño —suspiró mirando la lapida.

Stuart miró al césped triste a punto de llorar, se abrazó a si mismo por el frío que empezaba a surgir.

—Lo siento Murdoc.

"Yo también, pretty boy", susurró el viento.

Ay, me puse sad ;;