Entro al baño y el desagradable olor llega a mis fosas nasales y no tardo en hacer una mueca. Aun siendo el baño de mujeres esta asqueroso, pero bueno que podría esperar de un lugar como estos.Me acerco al espejo y observo mi reflejo, tengo algunos cabellos pegados a mi frente a causa del sudor y mis mejillas tienen un ligero color rojizo, soy consciente de los temblores de mi cuerpo, cada vez que cierro los ojos la imágenes llegan a mi de golpe.
Abro el grifo y mojo mi rostro para liberarme del sudor y tal vez, solo tal vez para tratar de controlar los nervios que tengo.
Cuando salgo del baño y me dirijo hacia los asientos donde me encontraba anteriormente junto a Eliza me doy cuenta que la pelea a terminado y las personas que antes estaban aquí se han marchado. Repaso con la mirada todo el lugar tratando de encontrar a Eliza, cuando siento como alguien me toma de la muñeca me giro para encarar a esa persona y suelto un suspiro de alivio al ver que es ella.
-¿Estas bien? -Sonrió y asiento.
- Pensé que me habías dejado acá tirada -Le digo fingiendo horror
Ella suelta una carcajada.-Daniel me encontró, estaba con el en los camerinos, ven te lo presentare.
Caminamos hacia los pasillos detrás del cuadrilátero y nos adentramos hasta el fondo de ellos, giramos hacia la derecha y puedo notar algunas puertas metálicas, nos detenemos en una de ellas, Eliza toca la puerta y unos segundos después esta se abre dejándome ver a un chico alto, tez bronceada, delgado pero con un cuerpo varonil y cabello oscuro.
-La encontraste.-Dice en tono burlón, aun así no me paso en alto su voz gruesa.
-Si, creyó que la había abandonado.- Entra a la habitación arrastrándome con ella.
-No me sorprendería que me abandonaras por un chico.- Es cierto ya lo ha hecho varias veces.
Daniel suelta una carcajada, le sonrió
-Un gusto, soy Sofia.- Le extiendo la mano para estrecharla con la suya.
-El gusto es mio, Mi nombre el Daniel.- Dice aceptando mi saludo.
Estoy por decir algo cuando el chillido de la puerta me sobresalta, no había observado atentamente la reducida habitación en la que nos encontrábamos, de ella sale un chavo alto con una sudadera negra de capota y unos jeans negros ajustados a su cadera, no se ha inmutado de nuestra presencia hasta que Daniel carraspea y el chavo levanta la mirada y quedo asombrada al darme cuenta que es el chavo que hace un rato estaba peleando, el mismo que le partió la cara al Italiano, el mismo chavo que me hizo temblar de miedo y recordar lo que tanto me ha costado olvidar.
-Él es Mario, aunque creo que ya no sabias, lo viste pelear ¿no?- Daniel me hace reaccionar, intento darle una sonrisa pero mas bien ha salido como una mueca.
-Estuve presente cuando los presentaron, pero no en toda la pelea.- Me encojo de hombros y me acerco a Eliza.
-El chico de los tatuajes camina hacia una banca que hay en la habitación, cuando intenta sentarse se queja de dolor, Daniel se acerca a él.
- Joder amigo, si que te dio buenos golpes eh, deberíamos ir a algun hospital puede que tengas algo roto.
-No iré a un jodido hospital- Por primera vez escucho su voz, es una voz dulce, hace que mi piel se ponga de gallina.
-Enserio deberías ir a uno, Daniel puede tener razón, puede que tengas algo roto y si no aceptas al menos deja que Sofia se haga cargo de tus heridas.- Le lanzo uno mirada asesina, acaso esta loca.- Anda Sofi tu sabes como curar heridas de ese tipo ¿No?
En efecto sabia curar heridas así, con dos hermanos varones lo había aprendido, no es que no quisiera ayudar al chico de los tatuajes, es solo que su cercanía me pone nerviosa, su postura era intimidante, pero a la vez había algo que me atraía de él, ¡Vamos no se puede negar que es atractivo, muy atractivo para ser sincera!, pero no era solo que me atraía, era algo diferente, como una conexión, un lazo invisible.
-De acuerdo aceptare tu ayuda, solo hazlo rápido quiero largarme de este lugar.- Se que esta dirigiéndose a mi, suero los ojos y me acerco a él.
-¿Tienen un botiquín o algo parecido aquí?.- Daniel desaparece por la misma puerta de la que había salido hace un momento el chico de tatuajes, pero regresa a los segundos con una caja roja en manos.
Me acerco a Mario y abro el botiquín, saco algodón lo mojo con un poco de alcohol y lo paso por su ceja abierta, este hace una mueca, pero no me detengo si puede soportar golpes puede soportar un poco de esto.
Cuando termino de curar sus heridas acomodo lo que use en la caja y me deshago de los algodones, ni siquiera me di cuenta de que Eliza y Daniel se habían retirado y me habia quedado a solas con Mario.
-Gracias.- Murmura el chavo frente a mi.
Vuelco mi mirada de la caja a él y me pierdo en el café de sus ojos, se que lo estoy mirando mas de la cuenta, pero el hace lo mismo, decido apartar la mirada y marcar un espacio entre nosotros.
-No es nada.- Respondo en voz baja.
Nos quedamos lo que al parecer es una eternidad en silencio, el esta por decir algo cuando el sonido de mi celular lo interrumpe. Lo saco de mi bolsillo y contesto
-¿Hola?
-¿Sofia?- ¡Mierda no!, que no sea Mauricio
-Si, ¿Que pasa?
-Sebastian otra vez, tienes que venir por el, esta demasiado ebrio y ya provoco una pelea más, Luke esta furioso con él casi destroza el lugar.
No, otra pelea no, tuve suficiente esta noche.
-Llegare en treinta minutos, por favor mantenlo vigilado que no salga del lugar.
-Lo haré, adiós.- Me despido y cuelgo.
-Debo irme, un gusto conocerte.- Hago un gesto con mi mano a modo de despedida, mientras me dirijo hacia la salida.
-¿Cuál es tu nombre?.- Pregunta en voz alta cuando estoy por salir
Volteo y respondo.- Sofia, Sofia Ruiz- Sonrió de lado.
-Sofia, Sofia, Sofia Ruiz- Dice mi nombre como si quisiera saber como se escucha de sus labios. Le sonrió por ultima vez y salgo.
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Heyyyy, Como estan?
Espero que bien :)Aca les traigo nuevo capitulo, espero lo disfruten❤️
Con amor, Liz🌙
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LIBERAME | Mαrio Bαutistα - PAUSADA :(
Teen FictionElla es luz, ella es un ángel. Él es oscuridad, él es un demonio. Era obvio que no encajarían jamas, pero estaban dispuestos a amarse, asi con un amor loco, desequilibrado y enfermo. Estaban dispuestos a amarse así, con un amor sufrido. Todos lo...