LIBERAME | Mαrio Bαutistα - PAUSADA :(

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"SECUESTRADA"

-Bien, eso es todo por hoy chicos -El profesor Cleaton se despide, todos comienzan a salir del aula pero yo me quedo postrada en mi lugar aún recordando la práctica que tuve con Eliza de la verdad acerca de Mario Bautista.

Aún sigo sin poder asimilarlo.

Flashback

-Cuando comencé a salir con Daniel no solo me atrajo su físico y personalidad, me atrajo el misterio que proyectaba -Hace una pausa- Sentia que el guardaba algunos secretos... una noche habíamos salido a cenar, me llevo a uno de esos restaurantes lujosos a los que soliamos ir con nuestros padres de niñas -Sonrió con tristeza ante el recuerdo- Al salir y llevarme a casa, en la carretera un auto empezó a seguirnos, Daniel lo noto pero decidio ignorarlo para hacerme creer que no era asi... en un abrir y cerrar de ojos más autos aparecieron detrás de nosotros, comenzaron los disparos -Tomó su mano y le doy un apretón- C-cuando logró hacer que nos perdieran el rastro decidió que no era seguro llevarme a casa, por mas que le insistí que no queria ir a otro lugar me ignoro, termino llevándome a una enorme casa -Se gira a mi- Me llevo a la casa de Mario, fue ahi donde lo vi por primera vez, Daniel me conto la verdad...

-¿Que verdad? -Pregunto nerviosa al borde del panico que me esta invadiendo.

-Son mafiosos Sofi, Mario es el hijo de uno de los mafiosos mas peligrosos de todo New York, incluso es conocido en diferentes partes del mundo, transporta armas, droga, hace lavado de dinero, vende droga, dona grandes cantidades a bares, organiza peleas y carreras clandestinas -Niega con la cabeza- Mario es el sucesor, el heredero del imperio Bautista, el esta jodido hasta la mierda Sofi, es mejor que te alejes, ya has tenido suficiente con los "Chicos malos" y no quiero ser yo la que te arrastre de nuevo al infierno.

-¿Y que hay de ti? -Pregunto, me mira confundida- No quieres que acabe jodida y de nuevo en un infierno, que acabe envuelta con un mafioso, pero tu estascon uno, no puedo verte hundida... no a ti Eli.

-Me he vuelto experta en el asunto de la mafia y debes saber que una vez siendo la chica de ellos, nadie mas puede tocarte, ni siquiera observarte.

-Estas queriendo decir que Daniel te tiene ¿Amenazada?... porque si es asi juro que yo personalmente iré a poner una denuncia...

-Que cosas dices, ¡Claro que no! -Exclama levantando las manos al aire- Él seria incapaz de hacerme daño, yo.. yo me enamore ¿de acuerdo?, me enamore de un mafioso, él me quiso alejar, pero no se lo permití, era demasiado tarde para hacerlo... me había enamorado, lo amo tanto que no me importa quien sea, quien haya sido o lo que haya hecho, lo amo y estoy dispuesta a hundirme con él- Suspira sacudiendo su cabeza- Algunas veces por amor llegamos hacer locuras.

Después de aquella noche supe quién en realidad era Mario Bautista y cuan enamorada se encuentra mi amiga.

Salgo de mi nube cuando noto que han empezado a entrar los alumnos de la clase de criminología, tomo mis cosas y salgo disparada del aula. Al llegar al estacionamiento veo a lo lejos a Eliza recargada en su auto y con su teléfono en mano, me acerco a ella y levanta la mirada.

-Al fin llegas, estaba pensando en ir a buscarte -Dice rodeando el auto, una vez adentro lo pone en marcha.

-Lo siento fui al baño -Miento.

-Como sea, yo...

-Espera un segundo -Digo buscando mi teléfono en la mochila, ella murmura como un insulto por mi falta de atención a ella.

-Hola -Respondo sin mirar quien es.

-¡Sofi hermanita!, ¿Donde estas? -Escucho a Andres del otro lado.
-Camino a casa, ¿Porqué? ¿Te encuentras bien?

-Si estoy bien, bueno... no tanto -Hace una pausa y añade- Tengo hambre y no hay nada en la despensa, solo encontre cereal, pero... ¡Pero ni siquiera leche hay!-Suelto una carcajada.

-Pasare al supermercado, puedes esperar una hora mas.

-¡Oh claro, tomate tu tiempo!, yo estaré bien, esperándote, ¡Mientras muero de hambre!

-Ay no seas dramático, como cereal. -Cuelgo antes de escuchar un insulto o cometario sarcástico.

-¿Quien era? -Pregunta Eli cuando para en un semáforo en rojo.

-Andres, ¿crees poder dejarme serca al super?

-Claro, por cierto, mis padres saldran de viaje a una de sus típicas reuniones de negocios y yo saldre con Daniel, asi que tal vez llegue tarde al apartamento.

-¿Sabes?, empiezo a creer que ya vives con nosotros.

-Sierra la boca Ruiz.

[…]

Intento cargar con mi mano izquierda las cinco bolsas mientras que con la derecha trato de encontrar en mi mochila el teléfono.

-Ya vienes cerca, ¡Muero de hambre! -Ruedo los ojos al escucharlo, es la quinta vez que me llama para decirme lo mismo.

-Tomare un taxi, llegaré en unos vein...-Mi  teléfono es arrebatado de mis manos.

Me giro, veo un señor algo mayor con una sonrisa siniestra acaparando su rostro. Puedo escuchar los gritos de Andres en el teléfono, hasta que el tipo lo  tira al suelo y lo destroza dándole un pisotón con su bota militar.

-Pero mira nada mas a quien tenemos aqui, la chica del demonio -Lo observó confundida y aterrorizada.

-Y-yo no se de que me hablas... te has confundido de chica -Me giro sobre mis talones dispuesta a alejarme de este tipo, pero antes de dar el primer paso me jalá del brazo.- Sueltame maldito imbécil- le digo intentando liberarme de su agarre, que por cierto duele como el carajo.

-Escúchame bien maldita zorra -Sisea- Tu vendrás conmigo. Seras mi boleto Dorado.

Comienzo a forcejear aun más cuando escucho lo que dice, pero el aprieta mas su agarré, le doy una patada en la espinilla, este sede y sin pensarlo me hecho a correr de inmediato.

No se a donde me dirijo pero no me detengo, no ahora cuando hay un tipo detras de mi. Al dar vuelta en una esquina me tropiezo y caigo al suelo golpeándome la cabeza contra el concreto, intento levantarme luchando contra los puntos negros que oscilan mi vista. Un jalón brusco en mi cabello me hace retroceder unos cuantos pasos.

-¿Creíste que podrías escapar? -Su aliento golpea en mi oído, una oleada de repugnancia recorre mi cuerpo -Vas a pagar por el golpe perra, mal le vale al demonio pagar lo que me debe. Si no quiere que tu mueras.

Iba a decir algo, pero antes de poder hacerlo sentí un golpe en la parte trasera de mi nuca. Mi vista se nubló y ya ni siquiera era capaz de percibir los temblores en mi cuerpo, asi que cerré mis ojos y me deje ir en la bruma oscuridad y cansancio que me invadía.