LIBERAME | Mαrio Bαutistα - PAUSADA :(

•14•

"REGALO"

-Debes contarme -Juan me susurra.

-¿Contarte que? -Respondo por lo bajo, sonriendole a la señora que acabo de entregar su café.

Aun siendo domingo decidí venir al trabajo pero desde que pise el lugar Juan ha dicho que estoy mas sonriente y que debo contarle el porque. Por mas que le he dicho que no tengo razón alguna, él sigue insistiendo lo contrario.

-En el descanso me contaras todo -Me apunta con su dedo indice moviendolo en circulo con una sonrisa de gato. 

"Aunque Gata le quedaría mejor" Pienso.

Pero la verdad es que me conoce tan bien como Eliza, sabe que mi felicidad no es por nada, si no por algo o alguien en este caso, de hecho mi felicidad tiene razón. Y esa es un chico de tatuajes y ojos cafés. 

Ayer por la noche después de aquella promesa nos mantuvimos abrazados manteniendo una charla sobre cosas triviales, admirando el hermoso paisaje, eso hasta que mi hermano menor llamo preguntando si ya iba camino a casa.

Cuando llegamos al departamento antes de salir del coche me tomo por la muñeca y me beso pero este beso fue distinto al que ns¡os dimos en venus, este fue intenso, desesperado y cargado de deseo, al terminar aquel gesto nos despedimos varias veces, pues al parecer no quería dejarme ir y yo tampoco a él.

Salgo de mi trance volviendo a la realidad cuando escucho a Claudia pedirme algo.

-Necesito que traigas de la bodega una caja de vasos medianos, están acabándose.- Asiento torpemente y me encamino a la bodega.

Los vasos que busco están en la parte alta de la muebleria de la bodega y mi baja estatura me impide tomarlos con facilidad. Un brazo aparece en mi campo de visión, chillo por la sorpresa y atesto un codazo en el abdomen de la persona detrás de mi. 

-Solo quería ser amable Ángel -Al reconocer esa peculiar voz me giro rápidamente. 

-¿Mario? , ¡Joder! -Coloco una mano en mi pecho y trato de controlar mis latidos apresurados por el susto -¿Es enserio?, ¡Casi me matas del susto!.

-Si, lo se, bueno también lo sentí -Dice tocándose el estomago- Tenias guardado esos golpes muy bien cariño.

-¿Como se te ocurre aparecer así?, es mas, ¿Que haces aquí?, esta zona es solo para empleados como...-Presiona sus labios contra los míos y los deja ahí unos segundos para luego apartarse. 

-Hablas demasiado cariño -Le doy un golpe en el hombro.

-Eres un idiota -Él se lleva una mano al corazón y finge indignación.

-Yo solo quería venir a ver a mi Ángel.

-Nos vimos anoche -Murmuro, cada vez que dice ese apodo hace que me estremezca. 

-Debes saber que en tan poco tiempo me he vuelto dependiente de ti belleza, tengo que verte si no me vuelvo loco. 

-Si bueno -Ruedo los ojos- Podrías haber esperado a que terminara mi turno, en vez de meterte hasta la bodega de mi trabajo y casi matarme de un susto.