Cuando Harry y yo bajamos a desayunar a la mañana siguiente, los tres Dursley estaban sentados a la mesa de la cocina. Veían la televisión en un aparato
nuevo, un regalo que le habían hecho a Dudley al volver a casa después de terminar el curso, porque se había quejado a gritos del largo camino que tenía que recorrer desde el frigorífico a la tele de la salita. Dudley se había pasado la mayor parte del verano en la cocina, con los ojos de cerdito fijos en la pantalla y sus cinco papadas temblando mientras engullía sin parar.Me senté entre Harry y tío Vernon, y lejos de desearle a Harry un feliz cumpleaños, ninguno de los Dursley dio muestra alguna de haberse percatado de que Harry acababa de entrar en la cocina, pero estábamos ya acostumbrados. Me serví una tostada y miré al presentador de televisión, que informaba sobre un recluso fugado;
«Tenemos que advertir a los telespectadores de que Black va armado y es muy peligroso. Se ha puesto a disposición del público un teléfono con línea directa para que cualquiera que lo vea pueda denunciarlo.»
--No hace falta que nos digan que no es un buen tipo --resopló tío Vernon --. ¡Qué pinta, vago asqueroso! ¡Qué pelo!
Lo último lo dijo mirando en referencia a Harry, le sonreí a mi hermano alzando mi mano para desordenar aún más su cabello, éste me devolvió la sonrisa y recibimos un resoplido de tío Vernon como respuesta.
--¡Vaya tonto! ¡No nos has dicho de donde se escapó el tipo! --bramó como si el presentador pudiera escucharlo.-- ¡Deberían entender que la única solución para esos malandros, es la horca!
--Muy cierto... --murmuró tía Petunia, concentrada en el jardín del vecino.
--Debo marchar, el tren de Marge llega a las diez...
--¿¡Tia Marge!? --exclamó Harry casi temblando, yo sonreí. Tia Marge era casi tan desagradable como los Dursley, y digo casi porque, a diferencia de a Harry, a mi me tolera al menos un poco.
--Marge pasará aquí una semana, --gruñó Vernon en respuesta. --Y quiero dejarte algunas cosas en claro...
Rodé los ojos poniéndome de pie para ayudar a tia Petunia con los platos, claro que con esto me refería a hacerlo todo yo sola, no porque quisiera sino porque debía.
--Primero, usarás lenguaje adecuado cuando te dirijas a la tia Marge.
--De acuerdo, si ella lo usa también conmigo.
<<¿Cuándo aprenderás, Harry?>> pensé.
--Segundo, y va para los dos... como Marge no sabe nada de su 'anormalidad', no quiero ninguna exhibición extraña mientras esté aquí. Compórtense.
--Sí, tío Vernon.-- contesté yo sin replicar, enjuagando un plato.
--Solo si ella se comporta también...-- replicó Harry.
--Y tercero... le hemos dicho que acuden al Centro de Seguridad San Bruto Para Delincuentes Incurables.
--¿Qué?-- gruñó Harry.
--Sí, tío Vernon.-- repliqué yo.
--Y eso,-- habló Vernon refiriéndose a lo que yo dije --es lo que dirás tú si no quieres problemas... ¡Me voy! ¿Quieres venir, Dudders?
--No.-- respondió 'Dudders' con su vista fijada en la televisión.
Yo terminé con los platos y me dispuse a subir a la segunda habitación de Dudley (que ahora compartíamos Harry y yo) para contestar a la carta que Draco me mandó la noche anterior.
Saqué de debajo de la cama un pergamino, pluma, tinta y me puse manos a la obra. Unos minutos después, mientras yo terminaba mi <<Carta maestra>>, Harry entró a la habitación.

ESTÁS LEYENDO
Sangre Pura (Draco Malfoy)
FanfictionSinopsis. El día en el que quien-no-debe-ser-nombrado busco seguidores en la casa Potter Evans, su madre había estado acurrucando a su pequeña bebe de tan solo 6 meses, mientras Harry, su hijo mayor de 1 año de edad jugaba en la alfombra. Ella escu...