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--¡Está casa es fantástica!-- susurre dando toda una vuelta al rededor de Harry por la emoción.

--No es la gran cosa...-- dijeron los Weasley's.

--Sin embargo, para nosotros es una maravilla.-- dijo Harry.

Entramos a la casa mas bonita que había visto en toda mi vida, mientras ellos hablaban susurrando frente a nosotros.

--Ahora tenemos que subir las escaleras sin hacer el menor ruido --advirtió Fred--, y esperar a que mamá nos llame para el desayuno. Entonces tú, Ron, bajarás las escaleras dando saltos y diciendo: «¡Mamá, mira quienes ha llegado esta noche!» Ella se pondrá muy contenta, y nadie tendrá que saber que hemos cogido el coche.

--Bien-- dijo Ron--. Vamos, Harry y Hally, yo duermo en él...

De repente Ron se ha puesto verde como una sandia, y en el final de las escaleras vi a una señora pelirroja de aspecto maternal que los miraba con cara de enfado.

--¡Dios mío!-- gritó creo que George.

Su madre se abrió paso entre ellos y camino hasta ponerse delante nuestro, cruzando los brazos. Llevaba un delantal del cual sobresalía una varita en uno de los bolsillos.

--Buenos días, mamá.-- dijo De nuevo George, poniendo una voz dulce y encantadora.

--¿Tienen una idea de lo preocupada que estaba?-- preguntó ella con voz aterradora.

--Perdona, mamá. Pero teníamos que...-- aunque los Weasley eran más altos que su madre, se amilanaron cuando su furiosa voz los encaró.

--¡Las camas vacías! ¡Ni una nota! El coche no estaba, ¡pudieron haber tenido un accidente! Creía que me volvía loca, pero no les importa, ¿verdad?... Nunca, en toda mi vida..., ya verán cuando llegue a casa su padre, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie, ni Percy...

--Percy, el prefecto perfecto.-- murmuró Fred.

--¡PUES PODRÍAS SEGUIR SU EJEMPLO! --gritó la señora Weasley, dándole golpecitos en el pecho con el dedo-- Podrían haberse matado o podría haberlos visto alguien, y su padre haberse quedado sin trabajo por su culpa...

Me pareció que la reprimenda duraba horas, sin embargo me encantaría tener una madre que me riñera así, con tanto amor y preocupación en la voz. La señora Weasley enronqueció de tanto gritar y luego se plantó delante de Harry y mío, mientras que él que retrocedió asustado.

--Me alegro de verlos, Harry y Hally, cielos --dijo--. Pasen a desayunar.

La cocina era pequeña y muy abarrotada, sin embargo aquel ambiente familiar que desprendía me encantaba en lo absoluto. Me senté al lado de Harry mirando todo asombrada.

Luego de un rato de cocina, la señora Weasley camino hacia nosotros y nos sirvió salchichas, a la vez que les echaba a sus hijos una mirada acusatoria.

--No es su culpa, queridos. Nosotros también estábamos preocupados por ustedes. Anoche mismo hablábamos de ir a buscarlos si no recibíamos noticias antes del viernes, pero ir volando el coche, cuando cualquiera los podía ver...

--¡Estaba nublado, mamá!-- repuso Fred con la boca llena.

--¡No hables mientras comes!

--¡Les estaban matando de hambre, mamá!-- repuso esta vez George.

--¡Cállate tú también!-- gritó de nuevo tomando una rebanada de pan a la que le puso mantequilla y luego la puso en mi plato mirándome con la mirada maternal que tenía que tanto me gustaba.

Sangre Pura (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora