[7]
Más tarde esa noche, Kibum, esos dos desconocidos y yo, terminamos por movernos a un karaoke.
Honestamente, no tengo ganas de estar aquí. Si hubiese estado solo, hace rato habría puesto alguna excusa y me habría ido a casa a dormir. Pero, como no soy mala persona, he acompañado a Kibum que sí quiso venir, y ahora está cantando a viva voz junto al tipo que le ha coqueteado toda la noche. El otro, el más joven, está sentado junto a mí, hablando de alguna cosa y sirviéndome vaso tras vaso de alcohol.
Para cuando tres tipos más se unen a nosotros en la pequeña habitación de karaoke, estoy lo suficiente achispado para no encontrar nada preocupante en ese detalle. Lo que sí me angustia es el volumen insoportable de los parlantes reproduciendo alguna canción alegre de Twice, y cada vez que alguien agita una pandereta siento ganas de arrebatársela y darles a todos una buena paliza con ella.
El chico con el que estoy hablando, Lee Jeno o algo así, parece ser el único sobrio dentro de estas cuatro paredes. El resto de los desconocidos lleva al menos quince minutos cambiando frases de las canciones por obscenidades y aprovechando cada oportunidad para poner sus brazos alrededor de Kibum, quien no parece para nada incómodo, contrario a mí, que la sola imagen me causa escalofríos.
Me mantengo con Jeno, escuchándole hablar sobre su servicio militar. Está intentando impresionarme con una anécdota sobre una misión en la que su unidad formó parte.
La verdad, no le entiendo nada, solamente sé que quiere acostarse conmigo; mas eso no difícil de averiguar, porque no está intentando disimular sus intenciones. Su mano descansa sobre mi rodilla, y está inclinado muy cerca para que podamos escucharnos por encima de la música, rozando los labios accidentalmente en mi oreja de cuando en cuando.
Es un joven atractivo. Debe tener entre veinte y veintidós años, y parece ansioso por aparentar ser maduro y rudo con todo esa pila de piercings y tatuajes. Su cabello es muy oscuro, posiblemente teñido, y la manera en la que sonríe y sus ojos desaparecen es muy linda, pero me causa cierta sensación de vacío en el estómago. Bajo la luz tenue en la habitación, casi puedo confundirlo con...
Sacudo la cabeza, esperando poder sacudirme los pensamientos de encima también.
La mano de Jeno aprieta sobre mi pierna, sus dedos se hunden en el interior de mi muslo. Me mira con ojos curiosos.―¿Estás bien, hyung? ¿Has bebido demasiado?
―No, no... ―bato una mano frente a mí, aunque, de hecho, sí he bebido de más―. Pero creo que debería irme ya.
Estudio la habitación, buscando la cabeza rubia de Kibum. Entorno los ojos y busco dos veces más, pero no le encuentro por ningún lado.
―Se ha ido ―me dice Jeno―. Hace bastante.
―... ¿Se fue? ¿A dónde?
―Con mi amigo. Creí que los habías visto.
Él se fue. Después de arrastrarme con este montón de desconocidos.
Kim Kibum, ¡ese pedazo de basura!
―Hyung, ¿no te aburre estar aquí, también? ―me pregunta mi acompañante con voz suave, persuasiva―. Tengo el coche fuera, ¿te apetece ir a un lugar más privado?
Él enojo aún me tiene rabiando por dentro, pero mirando el rostro de este crío que se parece tanto al de aquél otro que no veo hace casi un mes, mi respuesta negativa comienza a perder convicción.
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Ellipsis «hunhan»
Fanfiction❝ Luhan elige sus intereses románticos dependiendo de un factor particular. El interior. ... de sus billeteras, claro. Su atención y afecto son un par de cosas que no entrega en vano, y es de esta forma que obtiene una vida repleta de lujos, comodid...