Capítulo 8

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¡Hola, chicas!

Lamento no haber podido actualizar la semana pasada pero la universidad me tiene muy atareada. Pero aquí les traigo el capítulo ocho, espero les guste.
Haganme saber en los comentarios si les gustó y qué les está pareciendo la historia.
¡Gracias por leerme y mucho amor para todos!

Después de que Paul me dejara en mi auto, me tomé unos minutos para calmarme. Conduje por lo que parecieron varias horas alrededor de la ciudad, sin ningún destino definido. Lo único que quería era huir de todo, no quería llegar a casa donde seguramente mis padres estarían esperándome y Vanessa lista con miles de preguntas sobre la cita. Apagué mi teléfono, no quería recibir ninguna llamada de nadie, sabía que estaba siendo injusta con mis padres, se iban a preocupar mucho. Pero en este momento nada me importa.
Estoy molesta conmigo misma por ser tan débil, por dejar que todo esto me supere. Varias veces imaginé como sería si algún día volvía a ver a Ross, pero ninguna de las posibilidades que me planteé se pareció a la realidad. Cuando lo volví a ver era como si todo el amor que sentí por el antes estuviera intacto. Ross no ha cambiado casi nada físicamente, excepto que ahora trae el cabello mas corto. Aparte de eso, sigue igual. Miré mi reloj, faltaban quince minutos para las once de la noche. Mis padres deben estar preocupados, creo que es hora de volver a casa.

  - Mamá, papá, ya está aquí -grita Vanessa cuando cruzo la puerta de entrada- ¿Donde te habías metido? mis papás están hablando con Calum -me susurra.

  - Pero, si hablan con Calum sabrán que no salí con él.

  - No te preocupes, me apresure a enviarle un mensaje explicándole que tenía que decir -dice y me tranquilizo.

  - Cariño -mamá corre a abrazarme- Estábamos tan preocupados.

  - Estoy bien mamá.

  - Tenías permiso hasta las nueve -dice mi papá serio- Te pasaste la hora, y ni siquiera pudiste avisarnos.
  - Lo siento, lo que pasa es que... -vamos Laura, piensa en algo- A Calum también se le acabó la batería de su celular al igual que a mi.

  - Si, eso nos dijo -dice mamá. Vaya, primera cosa que me sale bien en el día.

  - Bueno, ya está aquí -dice Vanessa y m abraza- Ahora dejen que tengamos un momento de hermanas.

  - Disculpen pero estoy muy cansada -digo- Me iré a dormir. Hablamos después -le digo a Vanessa, quien se queda notoriamente confundida.

Después de despedirme de mis papás me fui a mi habitación. Me di un baño y me acosté, revisé mi celular y tenía un mensaje de Paul, que decía:
"Avisame cuando llegues. Espero que estés bien." lo leí pero no le contesté.

Fue muy poco, mejor dicho casi nada lo que dormí. Mi mente no paraba de dar vueltas, había visto algo en el rostro de Ross, algo que me confundía, ¿dolor? Quizá. Realmente no lo sé, y no quiero saberlo. No quiero volver a verlo... Aún no estoy lista.

  - Despiertate, despiertate -grita Vanessa sentada a mi lado- Laura, despiertate

  - Vanessa -la reprendo- Estoy durmiendo, ¿no lo ves?

  - Si, si -no le da importancia- Anda, levantate y cuentame sobre ayer -pongo los ojos en blanco.

  - Dimos un paseo -omito lo del motocross- Luego fuimos a cenar, platicamos y ya. Eso fue todo. -miento. Ella frunce el ceño.

  - ¿Eso fue todo? -dice- ¿Ni beso, ni nada? -niego con la cabeza- Vaya ese chico si que es lento.

  - Nos estamos tomando nuestro tiempo -digo- No es lo que me has dicho siempre. Que lleve mis cosas a mi propio ritmo.

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