Esa noche mientras revisaba mi programación de las clases mi celular comenzó a sonar. El número no lo tengo registrado, debe ser él.- Hola, Laura -dice Ross cuando contesto.
- Hola -me limito a contestar. Se hace un silencio incómodo.
- Quiero que nos veamos mañana -dice acabando con el silencio- ¿Te parece bien si comemos juntos?
- No es una cita, Ross -espeto.
- No quiero hacer esto por teléfono -dice y parece cansado- Te veo mañana.
- ¿Hacer que? -digo y él cuelga la llamada.
El resto de la noche la pasé pensando si realmente estoy haciendo bien al aceptar verme con Ross. Él me lastimó como nadie nunca la había hecho, pero siguen las mismas dudas que el primer día, ¿porqué hacerme esto? ¿tan poco le importé? ¿qué busca ahora? Estoy por cumplir diecinueve años, soy muy joven para estar tan rota por dentro.
Al día siguiente termino con mi horario de clases, al salir del salón donde recibo mi última clase está Calum esperándome.- Hey, que sorpresa que estés aquí -digo.
- ¿Acaso no puedo venir a ver a mi amiga? -dice y sonríe- Ayer nos preocupaste, te fuiste y no nos avisaste.
- Tuve un contratiempo -miento.
- Ya saliste, ¿cierto? -dice y noto algo extraño en su voz- ¿Me invitas a comer a tu casa? Hace mucho no veo a tu madre.
- Espera, espera -digo y me detengo- Raini te dijo lo de Ross, ¿no es así? -se queda en silencio y eso me lo confirma.
- Oye, sé que es tu decisión pero me preocupo por ti -dice y parece sincero. Seguimos caminando.
- Podré manejarlo Calum, te agradezco que te preocupes pero yo estaré bien.
- Sólo te pido una cosa -se para frente a mi- No olvides lo que te hizo, Laura -dice serio, me da un abrazo y se va.
Ahora no sólo Raini, sino también Calum piensan que no podré manejar la situación con Ross. Dejo a un lado mi enojo con mis amigos por su poca confianza en mí y camino hacia el estacionamiento donde ya debe estar Ross. Llego donde está mi auto y justamente ahí esta él. Apoyada en mi auto con los brazos cruzados.- Hola -saludo.
- Te ves hermosa -dice con una pequeña sonrisa. Yo pongo los ojos en blanco.
- Bien, ¿de que quieres hablar? -frunce el ceño.
- No aquí. Déjame llevarte a un lugar para que comamos algo. Mi auto está cerca y... -lo interrumpo.
- No me voy a subir a un auto en el que tú serás el conductor -se dibuja una pequeña sonrisa en su rostro. Justo lo que no necesito en este momento- Además tengo mi auto -agrego -él asiente.
- Está bien. Hay una cafetería cerca de aquí, podemos ir caminando. ¿Te parece señorita conductora? -lo fulmino con la mirada y camino a su lado seria.
Estamos en la cafetería, es un lugar pequeño pero muy agradable. Un mesero se nos acerca.
- Buenas tardes, ¿qué van a pedir? -pregunta con una gran sonrisa. Ross me mira fijamente.
- No tengo hambre -digo. El rostro de Ross se tensa.
- A ver, a ver -dice y revisa el menú- Traenos dos malteadas de fresa y dos hamburguesas -el mesero anota el pedido en una libtta y se va.
- Dije que no tengo hambre -digo seria.
- Estudiar da hambre. ¿Qué tal tu día? -pregunta con una sonrisa encantadora. ¿Porqué tiene que comportarse así? ¿Porqué tiene que ser tan amable y lindo? Necesito odiarlo, y no me está ayudando a hacerlo- ¿Qué tal la universidad?
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ARREGLANDO EL CAOS
FanfikceLa segunda parte de HERMOSO CAOS ya está aquí. Laura aprenderá que para continuar primero deberá aclarar sus dudas del pasado... Viviremos nuevas historias que nos pondrán al borde de muchas emociones, situaciones que pondrán a prueba el verdadero...