Conociendo a Taylor Swift.

Capítulo 3. "Dentro del mundo de una super estrella."

Karlie POV

- ¿Así que simplemente les contestas a todos? - Le pregunto a Taylor una vez que me ha dejado echar un vistazo a la caja con cartas de sus fans. Hay demasiadas y realmente no puedo creer que ella lea cada una para poder escribir una respuesta. No es algo que los artistas normales hagan.

Es decir, si cada artista se dedicase a responderle las cartas a sus fans, posiblemente se tardaría todo el día y aun así no terminaría de contestar todas. Aunque la rubia haya dicho que es algo de tres días, no creo que con todos sus conciertos tenga tiempo para hacer esto.

-Claro, karlie, eso es una pequeña parte de todo lo que hago. Ten por seguro que, si me escribes una carta, te la responderé. - Me dice entre risas mientras buscaba algo en otras de las tantas cajas que hay alrededor de toda la suite. Volteo a ver a Kimberly quien parece estar entretenida platicando con Abigail. - ¿Qué pasa con Selena? - Escucho que pregunta Taylor dirigiéndose claramente a su amiga.

-Dijo que vendría por la mañana, tiene cosas que arreglar con sus padres según tengo entendido. - Le responde la chica que ahora se está poniendo de pie para caminar hasta nosotras, invitando a mi hermana menor a que se una también. No es que me incomode la presencia de kimby pero me gustaría simplemente estar sola con Taylor.

Es de alguna u otra forma más cómodo, no conozco a la rubia, se supone que he venido a conocerla, no a socializar con su amiga. Cuando veo a la super estrella finalmente sacar una playera, mi hermana comienza a reírse levemente. Taylor se pone de pie y me muestra lo que tiene escrito.

- ¿Crees que pueda usarla esta noche? - Me pregunta ella y rápido me doy cuenta de lo que quiere decir. La playera es blanca, sin mangas y corta, podría llegarle un poco más arriba del ombligo.

Y tiene escrito un "karlie kloss" con letras doradas, volteo a ver a Kimberly de inmediato y ella se pone detrás de Abigail.

-No iras a mi presentación. - Digo para Taylor sonando firme, ella no puede ir a uno de los pequeños locales donde canto. Es como si estuviese ayudando de algún modo a que me haga notar y yo no quiero que algo como eso ocurra.

No acepte la ayuda de mis padres, es decir, son unos grandes empresarios de Nueva York y chicago, si yo quisiera tener un contrato con una disquera, ya lo habría conseguido sin mucho esfuerzo. Pero no, quiero darme a conocer por mis propios medios, no sé qué le hace pensar que quiero su ayuda.

-No iré a tu presentación, pero iré a visitar ese local, ya sabes, hay muchas estrellas prometedoras, me gustaría ayudar un poco. - Murmura mientras saca unos jeans de su maleta, preparando la ropa que se pondrá para ir al local. Esta chica sí que es testaruda, tengo unas ganas tremendas de matarla a ella y a Kimberly justo ahora.

-No puedes, Swift, nadie de allí necesita tu estúpida ayuda. - Gruño sin titubear, no le doy importancia a que sea una gran estrella internacional o que sea la idola de mi hermana... Ella no puede venir y meterse en la vida de todos como si fuera una especie de hada madrina.

-Escucha, karlie...- Empieza a decir, pero yo ya estoy yendo hacia la puerta.

-No eres una enviada de dios, eres solo una de esas artistas que piensan que pueden manejar el mundo a su antojo, no te necesito, Swift, nadie te necesita. - Escupo antes de salir e irme de la suite. Sabía que algo así iba a pasar. Esto no era una tonta casualidad ni mucho menos una película.

Posiblemente Kimberly le haya contado acerca de mis presentaciones y le pidió que viniese a una para darme a conocer. Es claro que, si la gran super estrella visita el local, la prensa y los fans se alborotarán y querrán ir. Es un buen negocio para los dueños del establecimiento, pero no para mí, no lo es para nadie de los que están allí.