- sabes lo que pienso acerca de que zach duerma aquí - dijo mi padre una vez que subimos al carro.Mi papá se había dado cuenta de que zach había pasado la noche en casa, y obviamente, se había molestado.
- pensé que habían terminado - dijo encendiendo el auto.
- así es - dije poniéndome el cinturón de seguridad.
- ¿porque no me había dicho que regresaron? - me preguntó serio, aunque podía escuchar que estaba dolido.
- no regresamos - genial, ahora me sentía avergonzada de todo.
- ¿si no han regresado porque estaba en tu habitación en medio de la noche? - su voz se escuchaba molesta.
- papá... - me interrumpió.
- nada de papá - comenzó a gritar - no sé qué diablos pase contigo estos días, pero realmente has cambiado mucho - golpeó el volante. Jamás lo había visto así - sé que estás en una etapa difícil, lo sé porque yo pasé por lo mismo pero mírate - pausó - abandonaste el equipo, y no nos dijiste, nos lo dijo la entrenadora, porque nuestra hija a la cual le hemos dado todo - comenzaba a hablar con ironía - no nos pudo haber dicho, oh, claro, estaba ocupada con su ex novio.
- tranquilízate - dije molesta - solo es un estúpido equipo.
- no me pidas que me tranquilice - me miró molesto - no es el hecho del equipo, lynn - respiró - es que nos has estado mintiendo y te has alejado de nosotros - al fin llegamos a la escuela.
Estaba apunto de bajar del auto, porque juro por Dios que si escuchaba algo más, lloraría.
- ya no te conozco - dijo mi papá.
Y esa fue la gota que derramó el vaso.
Cerré la puerta de golpe y me dirigí a mi clase.
En los pasillos mucha gente me miraba, y no sabía si era por las lágrimas, o por lo de la fiesta, pero realmente era lo último que me importaba ahora.
Tenía que hablar con zach, y tenía que ser pronto.
