Parte 7

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NARRA LOGAN

Pase el resto del día con james en el apartamento de su mamá, platicando de cosas sin sentido, y haciéndome olvidar un rato o mal que me sentí cuando Carlos me rechazo.

-¿Podemos quedarnos a dormir aquí?

-La mamá de Kendo puede preocuparse.

-Por favor James, no quiero ver a Carlos.

-Sabes que mañana tenemos escuela, y ensayo.

-Yo sé que lo tengo que ver, pero quiero hacerlo hasta que sea absolutamente necesario.

-Está bien, vayamos a dormir entonces, estoy demasiado cansado.

El sueño llego lento, primero fue una dosis de recuerdos, a los que pronto acompañaron las lágrimas, las cuatro paredes que me acompañaban solo eran testigos de los pequeños sollozos que no podía reprimir por completo. Hasta que lentamente el cansancio me venció.

Llegamos a la escuela, poco antes de que la clase iniciara, para mi alegría aun no llegaba Carlos, ubique el asiento más alejado a donde normalmente nos sentábamos, como si eso aliviaría un poco mi dolor.

La clase estaba por terminar, solo faltaban 5 minutos, 5 minutos que desearía pasaran ya, toda la clase me la pase soportando la mirada de cierto moreno, no pude corresponderle en ningún momento, no quería hacerlo, pero por mas que me mostrara indiferente, Carlos nunca dejo de verme.

El timbre sonó, haciendo que todos se levantaran de sus pupitres, pensé que lo mejor sería quedarme hasta que todos salieran, y así podría evitar a Carlos, pero fue lo peor que pude hacer, Carlos no se movía de su asiento hasta que todos salieron del salón.

-¿Podemos hablar?

-Creo que fuiste muy claro ayer.

-No te dije nada ayer.

-No había necesidad, lo entendí a la perfección.

Me levante de prisa, tratando de llegar a la puerta lo más rápido que mis piernas me permitieran.

-No sabía que decirte – me dijo tomándome del brazo.

-¡Ya te dije que no hay necesidad de hablar!

-Si la hay.

-Carlos, si ya practicaste como me vas a decir que solo me ves como un amigo, créeme que no quiero oírlo.

-Logan...

-Es mejor que no lo digas, no me rompas más, por favor – mire la puerta con desesperación, mis ojos comenzaban a sentirse pesados, mis palabras más lentas y agudas.

-Lo siento Logan, créeme que si pudiera verte como algo más que amigos, lo haría.

-Puedes verme como algo más, solo que... que... no quieres.

Carlos alzo la mirada, sin saber que decirme, repasando una y otra vez cual serían las palabras correctas para decirme, espere un momento pero al ver que no era capaz de decir nada más, seguí mi camino hacia la puerta. Pero su oz me detuvo a un paso de conseguir la libertad.

-Tienes razón Loggie, no quiero verte como algo más.

Detuve mi caminar, de una manera tan abrupta que parecía como si hubiera chocado con una puerta invisible, mi pecho se comprimió a tal grado que el oxígeno se negaba a entrar, mi cuerpo se volvió tan débil que se negaba a seguir caminando, mi cerebro se quebró tan rápido que no podía decirle a mi cuerpo que hacer.

El mundo empezó a girar delante de mí y yo no podía moverme.

-En verdad lo siento.

Sentí como toco levemente mi hombro para poder salir sin que yo le estorbara. Y por primera vez en mi vida lo odie. Odie enamorarme de él, odie que el fuera el que me hiciera sentir así y aún más odie que solo él podía hacerme sentir mejor, lo único que quería hacer era gritar hasta que mi voz se perdiera.

Me quede en el salón un poco más hasta que pude recuperarme, camine por instinto hasta el apartamento, rogando cada segundo por que Carlos no estuviera ahí.

-¿Qué crees que le haya dicho Carlos?

Logre escuchar la voz de James, antes de abrir la puerta del 2J

-Ayer que hable con él, le dije que lo peor que podía hacer era dejar que sus miedos tomaran la decisión.

-¿Qué miedos?

-Él tiene miedo que si su relación no termina bien dejen de ser amigos.

-Pero, él tiene un gran ejemplo de que se puede seguir siendo amigos, incluso si no se termina bien un noviazgo.

-Para él es más importante no arriesgar su amistad, que arriesgarse a tener una relación.

-Eso suena muy cobarde para tratarse de Carlos.

-Tal vez Carlos es más cobarde de lo que creen.

Ambos voltearon a verme demasiados sorprendidos, quería decirles aún más, quería gritarles demasiadas cosas, pero no me iba a sentir de nada, porque no estaba enojado con ellos, es más ni con Carlos estaba enojado, era conmigo.

Antes de que Kendall lograra decir lo que estaba pensando, empecé a caminar al cuarto.

CUANDO EL OTOÑO ACABE (CARGAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora