James cerró la puerta casi de inmediato, no tuve oportunidad de decir nada más. En parte lo agradezco no sabía que responderle, sigo sin saber que decirle.
Antes de irme solo le grite que debía llamar a Kendall, porque estaba demasiado preocupado por él.
Llegue al apartamento, y el humor del rubio cambio bastante, me dijo que James lo había llamado que estaba bien, que lamentaba haberse ido de esa forma, también le dijo que yo no había tenido la culpa de nada.
El martes cuando por fin regreso al 2J ni siquiera me miro, toda esa semana los ensayos fueron sumamente difícil, aunque James siempre se comportó como siempre, de hecho no era cortante conmigo, cualquiera que nos viera no pensaría jamás que esta sentido conmigo.
El problema es que solo me hablaba y se dirigía a mi cuando había gente, y las veces que intente platicar con él a solas, recibía la misma respuesta "Ya paso Logan, no estoy enojado".
Sé que es verdad, James no es de los que pase días enojado, es mas no es ni de los que pasa horas enojado, el perdona muy rápido y un tanto fácil a las personas, pero para ganarte otra vez su confianza, su cariño incondicional, ahí estaba lo difícil.
Y eso era lo que tenía hacer, demostrarle que estoy arrepentido y que no dejare que mi cobardía lo lastime otra vez.
-Perros, termino el ensayo, los quiero mañana temprano.
-Pero ¿Y la escuela? - menciono divertido Kendall.
-Los quiero mañana saliendo de la escuela.
Gustavo hizo su típica media vuelta y salió del salón, seguido de Kendall y Carlos que discutían de cosas sin sentido.
James se paró de inmediato para seguirlos.
-James – tome su brazo – yo sé que no quieres hablar conmigo, solo quiero que sepas que ya sé que hacer para que confíes en mí, y demostrarte que mi cobardía no será pretexto.
-No tienes que hacer nada – se soltó de mi agarre y se fue.
Corrí hacia los vestidores con la esperanza de encontrarlo ahí, él siempre es de los últimos en salir.
-¡Qué bueno que sigues aquí!
-¿Te da miedo quedarte solo?
Me dijo con una gran sonrisa, le correspondí, solo para ocultar mi nerviosismo.
-Le temo más a otras cosas.
-¿Cómo cuál?
-A no ser correspondido por una persona muy especial para mí, pero le temo más a quedarme con la duda de lo que habría pasado.
-Es un temor demasiado común. Hasta yo lo tengo, pero lo importante es no dejar que el miedo tome el control de tus decisiones, pues realmente no tenemos miedo a lo que pase, tenemos miedo de lo que pueda pasar o puede que sea algo que nunca pase.
-Si lo sé, y justo ese es problema.
-¿A qué te refieres?
-Sé que si le digo lo que siento a esa persona no seré correspondido.
-¿Cómo puedes saberlo? ¿Lo has intentado?
-No, pero una vez deje que mi cobardía lastimara a alguien por no hacerlo.
-Logan no comprendo porque dices todo eso, pero yo te recomendaría que intentaras decirlo, y que dejes tu miedo de lado.
-Eso hare – hice una larga pausa – es por eso que debo decirte algo muy importante – su expresión cambio a una de total confusión.
¿Recuerdas cuando me preguntaste que si me había enamorado? – asintió lentamente – pues sí, ya me he enamorado, solo lo he hecho una vez en mi vida, y no es camile de quien hablo, yo he estado enamorado de la misma persona desde que tengo 13, bueno fue a los 13 que lo acepte, y he tratado de seguir como si nada pasara, como si no me sintiera mal de verlo con otras, porque sé que él no gusta de chicos, y lo peor es que sé que a él le gusta alguien más, y aquí estoy diciéndole cuanto lo quiero, cuanto lo aprecio y cuanto me gustaría que sintiera lo mismo.
Me gustas y estoy enamorado de ti Carlos.
No pude soportar verlo mucho más, el seguía con su expresión confusa, procesado todo lo que le había dicho, intentando encontrar las palabras, o simplemente viendo la manera de huir del lugar.
-Di algo...
Dije en un susurro prácticamente imposible de escuchar.
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Hubo doble capítulo porque me tarde demasiado en subir el anterior, pero a partir de ahora cada 4 días estaré actualizando.
Espero les este gustando la historia.
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CUANDO EL OTOÑO ACABE (CARGAN)
Hayran KurguTodo tiene fecha de caducidad hasta los sentimientos