- Es mejor que no le digas a tu madre que estuvimos juntos- Me dice Carlos dejándome enfrente de la casa- No se si te acuerdes pero me odia.- Dice con una media sonrisa.
- Esta bien- Digo bajándome de la moto.
Cuando ya estoy en el suelo Carlos arranca de inmediato sin mediar palabra.
- Hija, ¿que haces aquí afuera?- Dice mi madre llamando mi atención.
Pero yo sigo observando como él se va. Vuelvo a la realidad.
- Estaba... pensando. Bueno, recordando.- Le digo a mi madre.
Ella toma mi mano y me guía hasta su casa.
Mientras cenamos siento que alguien mas esta junto a nosotras, creo que es la desgraciada vieja que aparece en mi cuarto. Como odio ser tan débil frente a ella, que mis manos tiemblen y que mi corazón pareciera que fuese a explotar. Termino de cenar y me dirijo a mi cuarto. Abro la puerta con los ojos cerrados esperando que nadie este allí, enciendo la luz que se encuentra al lado de la puerta y mis miedos se van al no encontrar a nadie.
Estoy en una casa, es hermosa, se abre la puerta y no quiero entrar pero mis pies no me obedecen. Hay una escalera en forma de espiral y un montón de cuadros en las paredes, todos parecen estar observándome, escucho unos gritos y subo inmediatamente, los gritos me guían hasta la última puerta del tercer piso, Abro la puerta y allí esta la mujer que gritaba, tiene los ojos ensangrentados, sus ojos están en la cama. Me cierran la puerta y doy un brinco.
Me despierto empapada de sudor, y con el corazón agitado. Me demoro unos segundos para darme cuenta de que alguien me esta observando, esta en frente de la cama, creo que es la desgraciada vieja.
- ¡Que quieres!- Grito con voz temblorosa.
- ¡Que me devuelvas mis ojos!- Me dice gritando, se sienta en la cama y se tranquilizo un poco- ¿por qué me los has quitado?- pone sus manos en su rostro y empieza a llorar.
Pienso en encender la luz y que ella se largue. Me levanto de la cama.
- Yo no soy la culpable de nada- digo antes de encender la luz, pero ella no se va, sigue ahí llorando y al determinar mis palabras también se pone de pie y puedo observar las grandes cicatrices de sus párpados, la sangre baja hasta su mentón y no me creo esto, nunca creí en estas cosas y ahora soy parte de ellas.
Se acerca aun mas a mi, mis manos tiemblan al ver tanta sangre, no se que hacer.
- Pensé que habías dejado de ser la niña ingenua de siempre. - dice ella.
Sin mas, abro la puerta y salgo de la habitación, siento como un escalofríos pasa por todo mi cuerpo, intento ir a otro lugar pero no puedo, el miedo se apodera de mi, así que decido estar sentada contra la pared con las piernas flexionadas contra mi pecho.
Pase la noche en el pasillo, mi cuerpo no me permitió mas.
-Luci, ¿Que haces acá?- Pregunto mi madre al encontrarme allí.
-No pude dormir- Dije sin encontrar excusa.
- Pues, pudiste dormir conmigo.-Dijo mientras bajaba.
- No lo pensé.- dije casi en un susurro.
No se porqué no fui con mi madre, no sentí la confianza para ir con ella, no me siento segura a su lado.
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Mi gran recuerdo
ParanormalY entonces desperté de aquel hermoso sueño, y ahora estoy aquí, en la realidad. Necesito saber quién soy y a donde voy, para eso solo te necesito a ti, para que estés a mi lado cuando llegue el terror.