Valmits. Un mundo nuevo

CAPÍTULO 1: LAS SOMBRAS

6.30 de la mañana. Hora en la que empieza su horroroso día de clase. Nadia era muy responsable y nunca se había quedado dormida y llegado tarde a clase, pero ese día algo le impedía salir de la cama, como si las sábanas no quisieran que comenzará su nuevo día. Al final consiguió hacerle frente a ese cansancio tan horrible y levantarse a desayunar.

Al igual que todas las mañanas Nadia coincidía con Kai para desayunar,Brandan, bueno,la palabra madrugar no existía en su diccionario, si es que sabía lo que aquello significaba.

-¿Agobiada?- pregunto una aguda y dulce voz tras ella.

-¿Eh?- contestó ella algo aturdida.

- Que si estas agobiada por tus tres exámenes de hoy.-dijo Kai

-¡Ah!-porque tendría que recordarle esos asquerosos exámenes.-Bueno,creo que no tengo opción de no hacerlos,pero lo llevo bastante mejor.-Aquellas palabras sonaron algo tristes,lo había pasado mal tras la inminente muerte de su hermano, Ucal.

-¡Genial!- Intento animarla.- Ya sabes que si necesitas ayuda aquí me tiene para todo.

-Lo se, gracias hermanito. y tu ¿que tal el trabajo de biologia?-contestó esta.

-Respecto a eso,no he logrado acabarlo,todos los ejercicios obligatorios los he hecho fatal.-dijo Kai.

-¿Sabes? Nunca pensé que mi hermanito mayor, empollón y con novia se quedaría todo el verano estudiando por no haber entregado un trabajo.-respondió Nadia.-Bueno,nos vemos.. y recuerda que la imaginación es más poderosa que la inteligencia.

-Jajaja... gracias,te quiero hermanita-contestó añadiendo una sonrisa,de hecho la última que Nadia vio en la cara de Kai.

Mientras Nadia abría la puerta y se disponía a salir a la calle para dirigirse al instituto alguien le tocó el hombro.

-Pasa un buen día y... ya sabes ven directa a casa..sin distraerte demasiado..-Esas eran siempre las mismas palabras y en el mismo orden que Alicia le decía a Nadia.

Estaba harta de escuchar siempre lo mismo salir de su boca,¿acaso había algo a lo que debía temer?

-Si mamá lo tendré...-Terminó por decirle.

A Nadia le encantaba pasear por las calles de Hawaii,rodeada de grandes palmeras, con el viento moviendo aquella larga,ondulada y oscura melena. Ucal siempre le decía que su pelo era más oscuro que el carbón y sus ojos de un verde más intenso que las esmeraldas. A diferencia de su madre que tenía el pelo liso,rubio y los ojos marrones oscuros.

Mientras recordaba aquellos momentos con Ucal,vio a lo lejos acercarse hacia ella una persona vestida de negro que con aquella oscuridad parecía una sombra. Nadia se dio la vuelta decidida a coger otra dirección pero por detrás apareció otra. No le dio tiempo a reaccionar ya que cuando quiso darse cuenta la primera sombra le había puesto un pañuelo con algún tipo de sustancia química tapándole las vías respiratorias y la había dejado inconsciente.

Al despertar se encontraba en un cuarto húmedo y con raíces y hojas por las paredes . A Nadia le sorprendió darse cuenta de que no estaba atada.Entrecerrando los ojos intento ver tras aquella inmensa oscuridad,algo que le indicase donde se encontraba. No vio nada, hasta que sus ojos se concentraron en una especie de interruptor que había en una de las paredes. Al dirigirse hacia el,chocó contra algo duro y frío y tras esquivarlo consiguió llegar hasta el interruptor. Al pulsar el botón se iluminó una pequeña bombilla que colgaba del techo. Tras varios segundos fijando los ojos en aquel extraño cuarto, vio una mesa triangular,seguramente con lo que chocó antes. Encima de aquella mesa se sobresaltó al hallar un cuchillo. Los secuestradores eran algo raros y estúpidos, pensó Nadia. Al coger el cuchillo vio un extraño símbolo en la empuñadura. El símbolo estaba formado por un arco,una espada y una bola con una extraña forma triangular. En cuanto empuño el cuchillo brillo de un conjunto de colores claros. Dejó rápidamente aquel arma y en ese instante una de las sombras apareció de la nada colocándose enfrente de ella.