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El día de hoy había caído sábado, después de aquella charla con Jin él se limitó en ignorarme completamente en la escuela. Y pues, no me quejé. Ya podía seguir con mi vida normal después de todo.

Ahora me dirigía a la casa de Taehyung.

Desde que nuestra amistad tuvo más confianza hicimos costumbre ir a casa del otro todos los sábados y quedarse allí hasta tarde.

Ahora era mi turno ir a la casa de Taehyung.

La semana pasada cuando él vino se comportó como un animal junto a mi hermano, al presenciar que cuando llegó, yo me encontraba con Jikyun recostada en el sofá mientras él me daba mimos.

Esos dos siempre llegaron a pelearse siempre por casi cualquier cosa.

Pero sabía que se llevaban bien.

Jikyun como Taehyung son buenos chicos.

Ya me faltaba poco para llegar a su casa, así que me adelanté en llamarlo.

A dos repiques él contestó.

– ¿Niña bonita?, ya estás afuera?. – Él habló coquetamente causando que soltara una pequeña carcajada. – No,no, voy llegando, pero sal. Niño bonito. –

Escuché la risa de Taehyung al otro lado de la línea, también como parecía abrir una puerta. – Voy, voy. – y ahí colgué.

Ya me encontraba al frente de su casa.

A decir verdad, su hogar se veía desde afuera como por dentro acogedora. A pesar de que él todos los fines de semana se quedaba cuidando a sus hermanos menores mientras su padre trabajaba igual era un ambiente tranquilo la mayoría de veces, pero también tiene sus excepciones que se vuelve un completo caos.

Salió un Taehyung sonriente de la casa, con unas llaves en sus manos para abrir la reja que nos impedía saludarnos como debía. Ninguno de los dos decía nada al tanto él abría la reja, solo nos mirábamos entusiasmados hasta que el joven me dejó pasó y ahí le salté encima.

– ¡Niño bonito! – Me aferré a él como tal Koala a su cuello, Taehyung rió y me abrazó arrastrándome a su cálido hogar. – Oh, por cierto, hoy los niños no están. Fueron a visitar a la abuela. – Mencionó soltandome cuando ya habíamos entrado a su casa y él se ocupaba de cerrar la puerta.

– Así que, señorita, ¿me hace el placer de hacer desastres conmigo? – Él hizo una pequeña reverencia ante mi extendiendo su mano – Oh, con gusto, noble joven. – Le seguí el juego, dí una pequeña reverencia como aquellas típicas princesas de la televisión y traté de tomar su mano delicadamente, como en las películas.

Ambos nos miramos como si pensáramos lo mismo, con una gran sonrisa en nuestros rostros y apretando más el agarre de nuestras manos. – ¡Yo agarro el chocolate!. – Solté, corriendo a la cocina y llevando un Taehyung sorprendido. – ¡Nooo!, ¡no es justo, yo lo quería! – Él chilló detrás de mí, nos habíamos soltado de las manos para que yo pudiera agarrar la caja de cereal de chocolates.

– Ugh, veo que tu papá lo puso en la repisa de arriba. – Me quejo, haciendo un puchero. – Yah, pero mejor me subo a la mesa y pan co.. –

– No, eso es muy peligroso y te puedes caer. – Taehyung me cargó en sus hombros agarrándome bien de las piernas, tomándome por sorpresa bajé la mirada hacia él. – Uy, ¿de donde salió este chico tan maduro?. – Pregunté, él hizo una mueca y luego rió. – No..es porque DaeHyun hizo lo mismo que tú ibas hacer y se cayó. Muy feo. – Solté un bufido, y ahora el castaño reía más fuerte.

– No soy un niño de diez años Taehyung. –

– Pero eres torpe como uno JungSu. –

No dije nada, decidí no darle más vueltas al asunto y solo solté un suspiro que pareció darle risa a Taehyung, sus carcajadas lo delataban por completo. Pero lo ignoré y me centré en agarrar el cereal.

Dulce odio. « Kim SeokJin » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora