6 [Yamanashi]

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Yûichirô POV {20 días después de su secuestro}

¡Esto es vergonzoso! ¡Me gustaba más estar encadenado a la pared!, exclamaba internamente en mi cabeza. No era la primera noche que estaba así, per estos días no he dormido demasiado "bien" que digamos... Al estar encadenado a Mikaela voy a todos lados a los que él va y hacemos todo juntos – menos cambiarnos de ropa, ahí si que debíamos soltarnos, pero Mikaela siempre estaba alerta por si intentaba escapar –. En esto cabe: ducharnos, y dormir juntos. Claro que lo de las duchas no es tan vergonzoso porque, mientras uno se ducha, el otro espera fuera a que termine. Luego esta el detalle de que, Mikaela, me prestaba su ropa aunque me fuese un poco grande, pero lo de dormir me estaba poniendo de los nervios.

    - ¿Quieres dormirte de una maldita vez? —me regañó Mikaela. Pegué un pequeño grito por el susto. Estaba tumbado de espaldas a él, a su derecha, y no me había enterado que él estaba girado hacia mí. Volví mi cabeza levemente hacia atrás para mirarle y pude ver el brillo rojizo de siempre recorrerle los ojos mientras tenía el ceño fruncido.

    - ¡N-no es fácil contigo aquí! ¡Y menos si me miras! —protesté yo.

    - Ya, eso sería lo que me hubieses contestado si te hubiese dicho lo mismo todas las noches —dijo con sarcasmo poniendo los ojos en blanco. Chasqueé mi lengua. Como le odio...—. Ahora, duérmete...

    Eso fue lo último que dijo. Después, cerró los ojos mientras yo me lo quedaba mirando. Tenía todas las facciones del rostro relajadas, su respiración se había vuelto lenta, pero sin pausa, y sus ojos, ahora cerrados, ya no eran lo que más atención llamaba. Tenía el pelo algo revuelto, pero eso no quitaba que no le quedase bien. De hecho, que tuviese algunos mechones tapándole partes del rostro y los demás dispersos por la almohada le hacía parecer más... atractivo... Vale, Yû, piensa en otra cosa... estás yendo por terreno peligroso. Fíjate mejor en... que un gato podría jugar tranquilamente con su piercing de la nariz... De hecho, me estaban entrando a mí ganas de jugar con el piercing de su nariz como si fuese un gato. Ni siquiera me había dado cuenta de que me había girado hacia él. Yû, ¿qué estás haciendo...? Ahora no, consciencia. Alargué la mano con cuidado y, aguantándome casi toda mi respiración para parecer que la tenía tranquila, rocé el piercing con la yema de mis dedos. Alejé la mano rápidamente por si abría los ojos, pero no pareció enterarse por lo que lo volví a hacer. Esta vez, me quedé acariciando levemente las bolitas del piercing mientras notaba su respiración en la piel de mi mano. Parecía realmente relajado. Era una de las pocas veces que se le veía tranquilo. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al verle así mientras bajaba mi mano a los piercings de los extremos de su labio inferior. No pinchaban, la punta era un poco redonda. Entonces, fue cuando me di cuenta de que también le brillaba algo bajo el cabello, a la altura de las orejas. Al tener los mechones desordenados podía ver partes de su oreja – que nunca había visto ya que su pelo siempre tapaba ambas –. Me acerqué un poco y pude ver, a duras penas, que también tenía varios piercings; tenía uno negro en el lóbulo, una bolita plateada en el tragus y dos transversales en la parte superior – uno más corto que el otro, claramente. Eso, en la oreja izquierda, la derecha estaba apoyada en la almohada por lo que no podía vérsela. Fui a apartarle unos mechones de la oreja para vérsela mejor, pero una de sus manos me cogió por la muñeca rápidamente con los ojos cerrados. Qué reflejos...

    - ¿¡Seguías despierto!? —exclamé asustado con el corazón latiendo a mil por hora.

    - No hay nadie que se duerma en menos de cinco minutos, Yûichirô —explicó él tranquilo con los ojos aún cerrados. Intenté calmarme, pero me era imposible. Notaba los latidos en mi garganta por culpa del susto—. Ya me has inspeccionado suficiente, ¿no crees? Deja de tocarme y vete a dormir de una vez...

Serial Killer {Mikayuu} [V. En Español] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora