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Yûichirô POV {24 días después de su secuestro}

- ¡Feliz cumpleaños, Mika! —escuché de repente gritar después de un portazo. Me incorporé rápidamente por el susto, de la cama. Ya casi había conseguido dormirme – después de estar dos horas y media intentándolo –, pero la voz de Krul gritando me había despertado por completo. Me giré a mi izquierda para observar a Mikaela. Este, no se había incorporado como yo, pero tenía los ojos abiertos como platos y la pupila encogida como nunca. Era la primera vez que le veía tan "inocente". Mikaela se sentó con lentitud en el colchón con los ojos aún muy abiertos. Se giró hacia Krul con cara de "¿¡Tú estás loca o qué!?" mientras esta se acercaba a nuestra cama con un pequeño muffin de chocolate con una pequeña vela blanca, encendida, incrustada en este—. ¡Vamos! Pide un deseo y sopla la vela —dijo con una gran sonrisa. Mikaela se la quedó mirando atónito y, unos segundos más tarde, sopló la vela con fastidio y cansancio—. ¡Bravo! Ahora si me disculpáis, me iré a dormir —dijo feliz como si no fuese de noche. Nada más terminar de decir aquello, salió de nuestra habitación cerrando la puerta tras ella. Yo miré a Mikaela, ya más calmado, mientras él sostenía el muffin con ambas manos, observándolo con cansancio.

    - ¿Sabes que he deseado? —preguntó sin levantar la vista del muffin. Negué con la cabeza y aunque él no me miró en ningún momento, después de yo hacer aquel gesto, siguió hablando—. Que se muera... Dios... como odio que haga esto todos los años a las doce de la noche...

    - ¿¡Es así todos los años!? —exclamé.

    - ¿Estás sordo o qué? —preguntó alzando la mirada hacia mí. Le maté con la mía por su respuesta y este me la devolvió, pero no tan intensamente como solía hacerlo. Tenía cara de estar cansado, y no solo por lo que acababa de ocurrir – no habría dormido bien estos días al igual que yo –, ya que tenía unas leves ojeras que le hacían verse menos amenazante.

    - Así que... hoy es tú cumpleaños, ¿eh...? —empecé. El grito de Krul me había despertado para toda la noche por lo que ni siquiera intentaría dormir por ahora.

    - ¿Y qué si lo es? —preguntó Mikaela seco, volviendo a dirigir su mirada al muffin mientras sacaba la vela. me fijé en que él observaba la vela más de lo normal, como si hubiese algo escrito y lo estuviese leyendo. Después, la dejó en la mesilla de noche de su lado, suspirando con pesadez, y me miró exasperado—. ¿Quieres... un trozo...? —me preguntó rodando los ojos. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios. Si había sido Krul la que le había dicho a su hermano que compartiese el pequeño bizcocho conmigo, a través de un mensaje en una vela, debía darle las gracias más tarde.

    - Si no te importa —dije sin borrar mi sonrisa. Nada más terminar de decir eso, Mikaela partió el muffin en dos trozos, intentando que fuesen iguales, y me ofreció ambos para que eligiese entre los dos. Cogí un trozo y comencé a comérmelo al igual que él se comía el suyo. El sabor a chocolate se extendió por mi boca rápidamente mientras el bizcocho, literalmente, se deshacía sin casi masticarlo. Estaba delicioso... y por eso duró poco... Cuando me terminé el trozo me quedé callado unos segundos, pero acabé rompiendo el, ahora, tranquilo silencio—. Felicidades... —susurré aún con la leve sonrisa en mi rostro.

    - Como sea...

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Yûichirô POV

- ¡Felicidades atrasadas, Mika! —exclamó Lacus con una gran sonrisa, saliendo por la puerta de la casa, acercándose hacia nosotros. Mikaela estaba apoyado de pie, con las piernas y los brazos cruzados, en el tronco de uno de los árboles que rodeaba la casa y yo, sentado a su lado. Ultimamente, él y yo habíamos estado saliendo de vez en cuando a tomar el aire. No aguantaba quedarse el día entero dentro y a mí me pasaba algo parecido así que tampoco protestaba. 

Serial Killer {Mikayuu} [V. En Español] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora