9 [Beso "indirecto" y un adioS]

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Yûichirô POV {54 días después de su secuestro}

Vale. Lo admito. Y me odio porque sea cierto. ¿¡Por qué tenía que pasarme esto a mí!? Maldito René. Si no fuese por él, no me abría dado cuenta.. creo... Sí, vale, podían ser buenas personas, ¡pero no podía encariñarme con ninguno! ¡Y menos con Mikaela! Es decir, ese tío me quiere muerto. Aún no sé ni como sigo vivo. De todas formas, al pasar más de un mes con Krul y su hermano, he aprendido palabras sueltas en ruso ya que suelen hablar así cuando no quieren que les entienda. A Mikaela no pareció gustarle la idea y fue cambiando idiomas. Aún no sé cómo saben tantos... También he aprendido a cuando deber cerrar la boca y a actuar del modo correcto gracias a las miradas asesinas de Mikaela. No es la mejor forma de aprender, pero hasta ahora ha sido la más eficiente. Sí, ¿vale? Soy un caso perdido.

    - Y... ¿adonde dices que me llevas..? —le pregunté a Mikaela que andaba por delante de mí incluso llevando la cadena. Estábamos en el bosque que se veía a lo lejos de la casa. Llevábamos un buen rato caminando sin contar que nos había costado media hora llegar al bosque.

    - No te lo he dicho —respondió seco.

    - Ya... pero podrías —insistí.

    - Sí, podría, pero no quiero.

    - Imbécil... —susurré lo suficientemente bajo como para que no me escuchase. Lo peor de todo, era que no se lo decía en serio. Y ahí terminó nuestra corta conversación. Creo que ya llevábamos un cuarto de hora caminando por el espeso follaje que hacían las plantas y arbustos de la tierra. Se escuchaba el trinar y revolotear de los pájaros y a algún que otro grillo. Se estaba bastante bien; ni muy seco, ni mucha humedad. El paisaje transmitía tranquilidad y el crepúsculo colándose entre las hojas de los espesos árboles hacían más "mágico" el lugar. Pero yo seguía preguntándome adonde me llevaba Mikaela. Lo primero que se me pasaba por la cabeza era que me iba a asesinar aquí para que no se me escuchase gritar, pero, la otra parte de mí, insistía en que no podía ser posible.

    Nunca había estado tan en desacuerdo conmigo mismo. Y llevaba tiempo así. No sabía porque exactamente. Miento, estaba más cerca de saberlo que de no tener idea. Y lo odiaba. Odiaba sentirme así. Le odiaba a él. Vale, admito que tenía un atractivo increíble con la piel pálida, el cabello rubio y los ojos azul zafiro tan hipnóticos. Por no hablar del tono ronco y dulce de su voz y su forma de andar. Todo eso junto en una persona era maldad pura en la que, una vez caías en esta, era imposible de salir. Era como una araña, pero yo lo asociaba más a una serpiente, por sus ojos. Además, últimamente, me había estado fijando mucho en su boca y no era por lo que brillaba dentro de esta; hace unos días ya había descubierto de que se trataba de un piercing plateado, redondo, en su lengua. No, en lo que me fijaba concretamente era en sus labios. En los movimientos que hacían al hablar. Me atraían. Quería tocarlos y saber si eran de verdad tan suaves de como se presenciaban a primera vista. Quería probar su sabor prohibido y saber si eran dulces o amargos. El mero echo de pensar en ello me estremecía hasta la punta de mis dedos. Yû, ¿pero qué te pasa? Es el enemigo, ¿¡recuerdas!?, lo siento, subconsciente, pero ya es tarde para que me regañes. He caído en la trampa de Mikaela y dudo que pueda salir fácilmente...

    - Te pasas mucho rato en tus pensamientos, ¿no crees? —interrumpió su ronca, y a la vez, suave voz sin girarse un poco.

    - Me dan más conversación que tú —respondí seco. Le escuché reír con desgana delante de mí—. Te he estado mirando todo el rato y no te has girado ni una sola vez, ¿cómo has sabido que estaba en mis pensamientos y no mirando el paisaje en silencio?

    - Siempre que tu cabeza no está aquí tengo que arrastrarte más de lo inusual para que no te quedes parado —dijo con cansancio.

    - Ah.. perdona...

Serial Killer {Mikayuu} [V. En Español] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora