Capitulo 62: Felices.

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Al día siguiente, Ana se dirigió al departamento de Benjamín, quedaron en comer juntos, ella opto por dejar a la niña con su niñera para que durmiera su siesta cómodamente. Al llegar, saco las llaves que Benjamín le había dado, e ya sabía que ella vendría así que supuso que no había problemas si entraba.

Ana: Benjamín –lo llamo mirando por todo el apartamento, a pesar de ser hombre, Benjamín lo tenía bien organizado, excepto la cocina que pareciera que intento preparar algo con harina y se quedo sucia por todo el lugar, eso tendrían que arreglarlo más tarde- Benja –fue hacia su habitación, lo primero que percibió fue su aroma por todo el lugar, era una habitación muy espaciosa, su ropa perfectamente organizada en su armario, sus cosas en el gavetero, tomo su perfume para olerlo, era el mismo que sentía en toda la habitación.

El grifo de la ducha se cerró, escucho una puerta abrirse, fue cuando se giro dejando el perfume nuevamente en su gavetero, clavándose en la mirada de Benjamín, que curvaba una sonrisa en sus labios.

Benjamín: ¿hace cuanto llegaste? –se acerco a ella depositando un beso sobre sus labios. S cuerpo estaba mojado con el agua de la ducha, lo tenía desnudo frente a ella, solo una toalla envuelta a su cintura lo cubría.

Ana: Quedamos en comer juntos –mordió su labio inferior mientras involuntariamente recorría con su vista el trabajado cuerpo de su novio.

Benjamín: Bueno, tendremos que pedir algo de comer, intente preparar algo pero me salió mal –ella soltó una risa al acordarse del estado de su cocina- pero comeremos lo que tú quieras –Ana se acerco mas a él muy coqueta, acerco su mano al pecho de el empezando a acariciarlo suavemente con sus dedos- me parece que en lo último que estas pensando es en la comida.

Ana: Hace tiempo no te vea desnudo –una de sus manos fue hasta su cintura soltando la toalla que lo cubría, dejándolo totalmente expuesto frente a ella.

Benjamín: Ana, no será mejor que –ella lo cayo con un beso, al principio estaba sorprendido, pero después se dejo llevar, le encantaba cuando ella se mostraba atrevida con él.

Ana: Lo mejor es que aprovechemos este momento, quien sabe cuando será la próxima vez que estemos solitos –le guiño un ojo. Benjamín reacciono en seguida tomándola entre sus brazos, en una posición que Ana rodeara sus piernas alrededor de su cintura, así la llevo a la cama mientras la devoraba con un beso urgente.

Comenzó a desnudarla al tiempo que llenaba de besos su piel, tan suave y tan excitante para el, ella aprovechaba también para acariciarlo, lo tomaba por la nuca cada vez que besaba sus labios permitiéndole explorarla mejor con sus besos. Hace tiempo que no estaban de esta manera, sus cuerpos se extrañaban, respondían ante el tacto que el otro le otorgaba, se dedicaron a darse placer, a amarse como si nada mas importara.

Las miradas de Benjamín no eran tiernas, estaban cargadas de deseo, admiraba sus labios hinchados por sus besos y su cuerpo mientras la toqueteaba en su zona más sensible, quería disfrutar al máximo de esa entrega, pero también tenía miedo de hacerle daño.

Ana: No te preocupes, ya paso la cuarentena, no hay peligro –este sonrió mientras se inclinaba a capturar sus labios- solo ámame.

Benjamín solo tuvo que hacer un movimiento hacia adelante para estar dentro de ella, la mujer de su vida, ambos cerraron los ojos disfrutando del momento, escondió su rostro entre su cuello para comenzar a embestir. Escuchando la respiración agitada de su amada mientras mordisqueaba su cuello, haciendo más rápido sus movimientos y dejándose ir.

Ana estuvo a punto de explotar mientras sentía los movimientos de Benjamín cada vez mas rápidos y profundos, con sus piernas envueltas en su cintura arqueo su espalda, unos cuantos movimientos mas y Benjamín se dejo caer sobre su cuerpo bañado en sudor, sus músculos empezaban a relajarse al ritmo que su respiración se normalizaba. Sus fuertes brazos la envolvieron y le dio un beso en la frente.

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