Capítulo 1 - Cerca de ti

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Presiono mis manos con fuerza pero ellas aún se mantienen heladas por el frío del lugar, apresuro mis pasos para entrar a casa

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Presiono mis manos con fuerza pero ellas aún se mantienen heladas por el frío del lugar, apresuro mis pasos para entrar a casa. Abro la puerta y dejo mi chaqueta sobre el sofá pero de inmediato mi abuela me regaña y me dice que la lleve al cuarto. Rodeo la mirada pero de todos modos le obedezco.

Camino hacia mi habitación y tomo asiento en mi cama, sacudo un poco la humedad de mi cabello para luego presionar los nudos de mis botines negros. Escucho que mi abuela me señala que el almuerzo está listo, suspiro un poco cansando pero igual me levanto y tomo asiento.

Mi abuela sirve la comida mientras ella toma asiento después y mi abuelo es el último en llegar a la mesa.

— ¿Vas a ir a trabajar hoy? —me pregunta mi abuela mientras sopla la sopa de su cuchara.

—Si —respondo sin más.

—Ay Mirko, tantas veces te he señalado que no es necesario que trabajes —agrega mi abuelo mientras niega con la cabeza.

—Pero me gusta trabajar, además así puedo darles un poco de dinero a ustedes y también me quedo con algo yo ¡Todos ganamos!

—Nunca te hemos dicho que necesitamos dinero Mirko —mi abuela presiona sus labios con cansancio pero yo solo sonrío y le acaricio la palma.

—Lo sé abuela, pero todo está bien. Lo prometo —Ella asiente para luego quedarnos en silencio en el momento que mi abuelo enciende el televisor y vemos un poco el noticiero local.

Paso un rato a solas en mí cuarto mirando la pared hasta que mi alarma para ir a trabajar comienza a sonar, camino hasta al baño y me doy una ducha corta con el agua caliente para luego cambiarme de ropa y salir de casa.

Me subo a mi motocicleta para conducir de forma veloz hasta el supermercado donde trabajo 4 días a la semana. Estaciono mi moto en un lugar seguro y luego camino por los pasillos para comenzar mi trabajo.

Me muerdo mi labio inferior algo cansado mientras la tarde va avanzando y yo lleno el pasillo de lácteos con cientos de cajas con leche.

—Esta es la última caja de la bodega —dice una de las chicas que trabaja conmigo mientras se queda a mi lado y comienza a usar su teléfono.

—Gracias —le respondo al momento que sigo trabajando. Desde que el tema de los Animales se acabó, trabajo de reponedor en un supermercado el cual me deja el alma mucho más tranquila que antes al momento de estar robando injustamente.

— ¿Sabes que hoy contrataron chicos nuevos? —Pregunta mi amiga mientras yo niego con la cabeza —Dos chicas y un chico, a las chicas las tienen en bodega haciendo inventario y el chico creo que está reponiendo cosas en el sector de las bebidas.

—Que lástima por él —digo con sarcasmo al momento que me siento igual de fracasado que este último. Mi amiga solo ríe para luego ser sorprendida por el inspector del trabajo y mandarla al limpiar un poco el estacionamiento. De mala gana ella acepta y yo finjo que tengo muchas cosas que hacer para que él no me envíe a otro lugar.

Sobre La Motocicleta; Sin MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora