Capítulo 7 - Calma, antes del caos.

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Muy cansado mi turno del trabajo comienza a finalizar, mi cabello está completamente desordenado ya que a cada rato pasaba mi mano por él para tratar de hacer desaparecer el estrés que se me acumula en el cuerpo. Una de mis amigas me acompaña casi al final del turno en el supermercado y eso me ayuda a que la media hora restante se pase con mayor facilidad.

Una vez que termino toda esta mierda, camino hasta el estacionamiento y me detengo por un segundo para ver mi motocicleta, sonrío de forma pequeña para luego desarme de aquel gesto bobo ya que me siento como un estúpido sonriendo al medio de la nada.

Alguien me toca el hombro y me hace sobresaltar, me giro y la piel pálida con el cabello negro de Mark aparece a un lado de mí.

— ¿Sucede algo? —pregunta él mientras continua caminando hacia su moto.

—Nada —respondo fingiendo confusión — ¿Por qué preguntas? —agrego cuando muevo mis pies y ordeno mis cosas para poder conducir.

—Estabas allí de pie, mirando la nada misma.

—Solo me detuve para presionar los nudos de mis botines, me viste cuando ya me había puesto de pie.

—Claro —responde él haciendo girar su mirada y poniéndose su casco de seguridad, por lo visto esta ha sido toda la charla que tendremos, así que bajo mis rostro y me muerdo mi labio inferior en el momento que siento que algunas palabras han quedado atrapadas en mi mente y no han logrado salir vivas — ¿Pasas por mi casa antes de salir? —pregunta él de forma amable.

— ¿Qué cosa? —pregunto algo drogado por su voz.

—Si pasarías por mí a casa cuando salgamos, mi hermana creo que quiere verte y es probable que hoy se duerma tarde así que sería genial si tú... pasaras.

—Bien —digo fingiendo desinterés — ¿Crees que esté bien cerca de las 9?

—Si —responde él —Está bien.

—De acuerdo —me pongo mi casco de seguridad finalmente y me despido de Mark para conducir hacia casa.

Tardo cerca de 8 o 9 minutos en llegar ya que tomo el camino largo y paso un montón de lugares llenos de hojas, charcos de agua y cosas de ese estilo que me encantan. Abro la puerta de mi casa con rapidez, le hago un cariño en la cabeza bastante pequeño a Luna para luego pasar directamente a mi cuarto y encerrarme allí.

Me lanzo en mi cama, cierro mis ojos pero empiezo a sonreír como bobo sin razón alguna, mis labios susurran canciones sin sentido y me doy el susto de mi vida cuando giro mi cabeza y veo a mi abuela a un lado de mi cama.

— ¡Mierda! —Grito — ¡Me has asustado!

—Si claro ¿Cómo no iba a asustarte si entras por la casa casi corriendo? ¡Además no me gustan esas clases de groserías que sueltas por esa sucia boca!

—Solo lo dije sin querer —agrego con resignación — ¿Sucede algo?

—Pues te dije cuando entraste que íbamos a cenar pero me ignoraste, ¿Dónde rayos tienes tu cerebro Mirko? Estás demasiado distraído.

—Hoy tuve mucho trabajo —digo riendo —Pero saldré a cenar con mucho gusto —Mi abuela asiente y se pone de pie, recuerdo lo de Mark y presiono mis labios para volver a hablar —Tal vez no coma mucho.

— ¿Por qué no? —pregunta ella mientras caminamos al comedor y veo como mi abuelo se enfada porque no transmiten nada bueno en la televisión.

—Sucede que saldré esta noche.

— ¿Con tus amigos viejos del año pasado? ¿Esos que pasaban por ti en motocicleta y no volvías hasta las 6 de la mañana?

—No —digo cuando un montón de malos recuerdos se me vienen a la mente, mi autoestima se calma y mi energía disminuye con aquel comentario —En realidad saldré con otro de mis amigos —Descubro que mi abuelo escucha lo que estoy diciendo, ya que presiona sus labios tratando de no soltar una carcajada — ¿Qué es tan gracioso? —pregunto indignado.

Sobre La Motocicleta; Sin MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora