Capítulo 3 - Aquella noche de errores

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Mark presiona sus labios mientras me mira con algo de preocupación, yo cierro y abro mis ojos muchas veces hasta que me doy cuenta que esto no es una alucinación, él de verdad está aquí en mi cuarto.

— ¿Qué... que haces acá? —pregunto mientras me detengo entre cada palabra ya que el frío que siento me impide hablar de corrido.

—Dejaste tu teléfono en el hospital.

—Mentiroso.

—No es mentira —dice él, Mark se mete las manos a su chaqueta y pone mi teléfono sobre mi mesita de noche; ni siquiera me había percatado de aquello.

—Pues gracias —agrego al momento que suelto un estornudo.

— ¿Te sientes muy mal? Jersey te iba a traer el teléfono pero como tu casa queda a unas cuadras de la mía decidí venir yo.

— ¿Cómo es... es que entraste?

—Tu abuelo me prestó las llaves —Mark vuelve a poner su mano sobre mi frente para luego negar con la cabeza y ponerse de pie, él toma su móvil y le marca a alguien que desconozco.

—Hey ¿Estabas durmiendo? —Pregunta él —Sucede que hay un amigo que está muy enfermo y necesita que me quede con él a cuidarlo, ¿Crees poder tu sola mañana levantar a los chicos para ir al Colegio? — ¿Va a quedarse? —Claro, no te preocupes Mamá... Muchas gracias, te quiero —Mark cuelga el teléfono y yo hago como si no hubiera escuchado nada —No finjas Mirko, sé que escuchaste todo.

— ¿Vas a quedarte?

—Claro, mira cómo estás; ¿Sabes si tus abuelos tienen algo de medicina?

—Mi... mi abuelo tiene un botiquín en su... en su closet.

— ¿Puedo ir a su cuarto? —Yo asiento, Mark se gira y luego regresa con algo de medicina la cual pone sobre mi mesita y un vaso de agua —Necesito que te bebas esto ¿De acuerdo? —Lo amo, juro que lo amo aún cuando ni siquiera sé si Mark siente cosas por mí. Aún cuando conozco a penas un 20% de su personalidad. Aún así, lo amo.

—No deberías... quedarte conmigo, me tomaré la medicina y estaré bien —Digo una vez que el agua cae por mi garganta y siento como si las pastillas hubieran quedado atrapadas allí.

—No hables boberías, cállate y acepta mi ayuda —Yo asiento en silencio, me vuelvo a recostar sobre mi cama y Mark empuja las frazadas un poco más arriba para abrigarme hasta la altura de mi cuello.

Mark toma asiento sobre la alfombra gris de mi cuarto, se queda en silencio y aún cuando no quiero dormirme, peleo con mis ojos para que no se cierren pero ellos ganan la batalla y termino quedando completamente inconsciente.

No sé por cuánto tiempo termino durmiendo, pero despierto en el momento que Mark tiene sus ojos puestos en la televisión de mi cuarto con casi nada de volumen; la oscuridad aún rodea la habitación y yo trato de mantenerme quieto para que él no descubra que estoy despierto.

Me muerdo mi labio inferior mientras Mark está sentado a solo unos 20 centímetros de mí; escucho su respiración, admiro sus labios y las pequeñas pecas que tiene en su rostro. De pronto él mueve su rostro y logra descubrir que estoy despierto.

— ¿Qué tal te sientes?

— ¿Por qué eres tan hermoso? —pregunto aún sedado por culpa de la medicina.

—Por favor no comiences —agrega él algo enfadado.

—Supongo... supongo que debí decirte que lo sentía aquella noche que logramos liberar a Jersey de los animales ¿No es así?

Sobre La Motocicleta; Sin MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora