Capítulo 8 - Una verdad oculta

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Rodeo la mirada algo preocupado por la situación de los animales que se está presentando en el supermercado, me giro y veo que Mark no está a mi lado.

Miro hacia todos lados con mucha velocidad pero aún así no logro percatar su presencia; veo que varios animales salen corriendo en dirección al último pasillo del lugar, sospecho que aquello tiene relación con Mark, desesperado corro por la parte de atrás de los pasillos ya que aquello me dará tiempo para llegar antes que los animales.

Me detengo cuando veo a Mark peleando con un chico que conozco claramente del grupo de los animales, me acerco a ellos muy veloz y los separo.

— ¡Hey! —Grito — ¿Qué rayos hacen? Hay personas inocentes aquí.

— ¿Qué te metes tú? —dice aquel chico de la banda de los animales algo enfadado mientras todos los de su grupo empiezan a llegar donde nosotros.

—Son un par de desgraciados —dice Mark —Robándole a ancianos, vi claramente como trataron de robarle dinero a una anciana ¿Qué acaso no tienen vergüenza?

— ¿Vergüenza? —Pregunta uno de ellos con una risa sarcástica en su voz —Ustedes hacían esto hace muy poco tiempo.

—Mi grupo jamás le robó dinero a personas que lo necesitaban, solo... solo se lo hacíamos a personas que se lo merecían —dice Mark, algo incómodo con la pregunta.

—Hablan de la vergüenza, pero las respuestas baratas que nos lanzan... esas sí que dan vergüenza —uno de ellos ríe y eso hace enfurecer a Mark, él se lanza encima del chico que acaba de decir aquel comentario y entonces comienza una nueva pelea: todos ellos en contra de nosotros dos.

Trato de que las cosas no se salgan de control, logro interceder pero hay tantas personas peleando a mi alrededor que alguien patea a uno de nosotros y logra que mis pies no reaccionen, pierdo el equilibrio y caigo al suelo.

Me sacudo la cabeza con el cerámico blanco del suelo, todo de inmediato se vuelve borroso y siento un mareo demasiado intenso en mi mente. La vista se me comienza a poner blanca y siento como si mi cuerpo se sacudiera lentamente de un lado para otro.

— ¿En serio quieres hacer esto? Creo que no es la forma —dice una voz conocida en mi mente cuando no logro percatarme de nada más.

—Tengo que encontrarlos, ¿Entiendes?

—Quizás se fueron de este pueblo hace mucho tiempo.

—No —dice aquella voz —Mis hijos están viviendo aquí, estoy seguro— Un murmullo horrible comienza a sonar en mis oídos y de un momento para otro vuelvo a sentirme un poco mejor.

La vista se me aclara, la respiración se me normaliza y la mente se me empieza a limpiar.

— ¿Mirko estás bien? —Mark acaricia mi mejilla mientras noto lo alborotado que tiene el cabello y el cálido color rojo de sus labios.

— ¿Estoy muerto? Creo que estoy viendo un ángel —Mark rodea la mirada pero noto que se sonroja aún cuando trata de evitarlo.

—Ven, ponte de pie —Yo asiento lentamente y mientras un fugaz mareo aparece en mi cabeza, noto que estoy en aquel lugar en que los animales me quitaron la motocicleta; cuando dijeron que tenía una deuda y todo eso.

— ¿Qué hacemos acá? —susurro.

—Guarda silencio—dice Mark. Miro hacia arriba y veo que varias de las luces parpadean, me asusto cuando de la nada aparecen entre medio de la oscuridad varios chicos de la banda de los animales, al medio de ellos está el anterior jefe y su hermano mayor que llegó hace poco tiempo al pueblo.

Sobre La Motocicleta; Sin MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora