Capítulo 6 - Señales

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Me levanto temprano aún cuando no debo ir al trabajo, veo a Luna dormir en el pasillo de la casa y decido no molestarla, pero de todos modos ella despierta cuando escucha mis pies descalzos tocar el suelo. Me acerco a la ventana, respiro profundo cuando veo la clásica niebla del pueblo atravesar los árboles que rodean mi casa, me quedo en silencio hasta que alguien me golpea la espalda con una especie de trapo. Me giro y veo a mi abuela enfadada.

— ¡Vete al cuarto! ¿Qué nos ves el frío que hace y tú solo con remera manga corta y pies descalzos? Por eso luego te enfermas.

—Yo jamás me enfermo —digo riendo, pero luego recuerdo que eso es completamente falso ya que lo hice hace varios días atrás pero creo que ella no lo sabe porque en esa fecha estaba en el hospital.

—Vete al cuarto y regresa con más ropa.

—De acuerdo, de acuerdo —digo levantando los brazos como símbolo de paz. Regreso a mi habitación y me pongo unos calcetines grises bastante gruesos. Me lanzo una chaqueta de cuero verde sobre mi espalda y salgo del cuarto, mi abuela solo se me queda viendo pero como no dice nada, supongo que ahora estoy bien.

Tomo asiento en la mesa del comedor, mi abuela empieza a preparar el desayuno y yo tomo mi teléfono mientras espero. El mensaje que me envió Mark ayer vuelve a salir en mi pantalla, lo leo nuevamente de forma lenta y luego me percato que en conclusión, él dice que todos me adoran; pero no quiero que sus hermanos me quieran, necesito que sea él quien me adora, nadie más. Pero ya he intentando tantas cosas, que tal vez... debería darme por vencido.

— ¿Quieres café o té? —me pregunta mi abuela, sacándome de mis pensamientos.

—Té —le respondo, ella asiente y antes de que me ponga la tasa caliente con té frente a mí, le envío unos mensajes a Jersey y él me los responde de forma inmediata.

Mirko: Hey Jersey, ¿Estás ocupado hoy? Necesito verte.

Jersey: En realidad, no. No estoy ocupado ¿Qué sucede?

Mirko: Pues, es una historia larga. Pero necesito unos consejos.

Jersey: Creo que ya sé de qué piensas hablarme, pero de acuerdo. Te veo en el parque del centro a las 4.

Sonrío satisfecho para luego escuchar otro regaño de mi abuela, rodeo la mirada mientras guardo mi teléfono en el bolsillo ya que no debería usarlo mientras estoy desayunando con ella.

Una vez que finalizo aquello, pierdo casi todo el día en mi cuarto: limpiando, ordenando y encontrando cosas que creí haber perdido. Juego un rato con Luna y le acaricio su cabeza mientras ella se va quedando dormida sobre mi cama, una vez que la hora de ver a Jersey se comienza a acercar, me cambio de pantalón ya que el que estaba usando era el mismo de ayer y estaba sucio, uno con las rodillas rotas acaricia mi piel mientras camino hacia la salida de mi casa y la música en mis auriculares suena en el momento que recorro las calles de la ciudad, tomo asiento debajo de un árbol el cual me deja un poco oculto de los demás, le aviso a Jersey donde estoy y él tarda cerca de 10 minutos en aparecer.

Escucho el sonido de su motocicleta, y sin querer rodeo la mirada ya que hasta él tiene moto gracias a Ian, y yo que soy el que mejor conduce de toda la maldita ciudad, no tengo nada. La vida no es para nada justa.

—Hey —dice Jersey con una sonrisa mientras se sacude el cabello y toma asiento a mi lado — ¿Cómo estás? Leí tus mensajes y sentí que estabas como preocupado por algo, o tal vez... triste.

—Pues —río nervioso y bajo la mirada —Es difícil hablarlo en voz alta.

— ¿Qué es lo que sucede? Puedes confiar en mí, Mirko. Lo juro.

Sobre La Motocicleta; Sin MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora