Advertencia: si usted es sensible, busque los pañuelos.
Capítulo catorce.
Naomi.
Le entrego la taza de café a Jeremy y sus manos parecen aferrarse a ella con fuerza, alterno mi vista de él a la hoja arrugada sobre mi pequeña mesa frente al sofá en el que estamos sentados. Siento tanta necesidad de saber qué dice la hoja, pero él parece tan atormentado sobre lo que va a decirme que husmear no parece correcto.
Supongo que se trata de esperar que esté listo. A nadie le gusta ser presionado para hablar de sus heridas, conozco la sensación perfectamente.
-Hace un tiempo te dije que fui un chico malo, cuando nos conocimos, cuando intentaba romper el hielo-ríe-, pero la verdad es que siempre he sido éste Jeremy.
- ¿No dormiste con tu profesora de matemáticas? -cuestiono recordando muy bien tal declaración, hace una mueca.
-Lo hice, pero no por las razones que seguro piensas.
-Pensaba en placer.
-No fue por ello-da un sorbo a su café y observa la taza-. Paul era el padre biológico de Doug y aunque mi papá no es un bastardo él tampoco ha estado mucho en la foto, una que otra llamada al año y quizá vernos cada tantos años cuando se interesa en ello; por ello Paul era toda la figura paterna que tuve en mi casa.
»Y no era bueno, al menos no luego de los primeros dos años que vivió con mamá y conmigo. Lentamente él comenzó a cambiar, al principio eran cambios sutiles o quizá mi mente infantil no lo notaba, pero todo fue peor cuando Doug nació. Paul terminó por mostrar su verdadera faceta. Era violento, propenso a tener ataques de ira, siempre gritaba y parecía que nada lo hacía feliz.
Distraídamente acaricio mi brazo consiguiendo reflejar la imagen de Paul en Ronald. Me estremezco.
-Al principio solo eran gritos. Doug solía llorar siempre que él gritaba y eso lo enloquecía más, así que me encerraba con Doug en el armario y fingía que viajábamos por el mundo mientras le daba su manta favorita. Mamá solía decirnos que todo estaría bien antes de desaparecer intentando calmar a Paul, a veces funcionaba...
- ¿A veces?
-Y otras veces mamá aparecía luciendo como si hubiese llorado mucho, con una mueca triste y marcas en algún lugar de su cuerpo, algunos no eran visibles, pero otros yo podía verlos. Yo era pequeño, pero sabía que eso no podía ser bueno. Pareció como una rutina, Paul se molestaría por cualquier tontería y yo me escondería con Doug creando historias para nosotros mientras mamá libraba una batalla que no entendíamos.
Estiro mi mano y quito la taza del agarre fuerte que tienen sus manos sobre ella, la dejo sobre la mesita y tomo su mano en las mías, logrando claramente ver a dos pequeños niños rubios crear otro mundo dentro de un escondite para no salir lastimados.
Él me da una sonrisa triste dejándome sostener su mano.
-Así crecimos, Naomi. Yo no podía entender qué sucedía realmente, pero sabía que tenía que ser algo malo cuando mamá lucía cada vez más triste. Ella era feliz cuando estaba con Doug y conmigo, pero luego parecía asustada de no tener todo perfecto cuando Paul llegaba a casa. Él era brusco y a veces inapropiado frente a nosotros, sin embargo mamá sabía cuándo enviarnos a la habitación y yo crearía otra aventura para Doug.
»Creo que me sentía encargado de la protección de mi pequeño hermano, yo lo asumía. Siempre garantizando que él estuviera bien. Si Doug lloraba por las noches yo me acostaba a su lado y revisaba debajo de la cama porque él aseguraba que había monstruos. Cuando Doug se caía y lloraba porque no quería decírselo a mamá, yo me encarga de limpiarlo; y aunque llevó muchas caídas estaba feliz cuando finalmente logramos que aprendiera a conducir la bicicleta de nuestro vecino. Yo siempre tenía un ojo sobre él porque me parecía la personita más maravillosa de la vida, incluso desde pequeño ya era este niño curioso y ocurrente, aunque era muy tierno-enarco una ceja y ríe-. Es difícil de creer, pero era muy tierno y dulce, también bastante llorón. Jeff es mucho como su papá, en Jeff veo de nuevo a Doug.
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Conquistando a Jeremy (BG.5 Libro #3.5)
RomanceSi hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan sencillo como parece, a veces, simplemente este se aferra a ti. De una manera muy dura, Naomi, aprendió que a veces los príncipes convierten e...