Capítulo Diecisiete

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Capítulo diecisiete.

Jeremy.



19 de agosto, 2014.

No soy de decir groserías o palabras muy sucias, pero en este momento podría hacer sentir orgulloso a Dexter. Porque está es una mierda muy jodida.

Leo cada palabra, le doy todas las interpretaciones posibles y sí, el resultado siempre es el mismo: esta es mi acta de matrimonio con Naomi, quien ahora es mi esposa, porque soy un hombre muy casado.

Mamá va a matarme, la hice perderse la boda de su hijo.

Y eso no tendría que ser lo que me enloquezca, pero prefiero darle atención a esos detalles, no tan pequeños, para no convertirme en Naomi 2.0: que pasa de escupir fuego a llorar y luego solo darme una mirada no muy amable.

— ¿Y bien? ¿Es falso, verdad?

Alzo la vista para observar a Naomi, está cerrada totalmente a esta locura. Sus brazos están cruzados y su ceño fruncido. No puedo mentirle y seriamente dudo que yo la haya obligado a casarse por lo que este desastre no tendría porque únicamente parecer como algo que se dio por mi culpa.

Creo que una pequeña espina de indignación me hace confirmar nuestro estado civil actual de una manera muy abrupta:

Te debo tu regalo de bodas, esposa. Al menos ya cubrimos nuestra luna de miel.

Abre y cierra su boca un par de veces antes de perder el equilibrio, por suerte, antes de que pueda caer logra ubicar su mano temblorosa en una silla.

Todo el día de ayer la pasamos tratando de recordar qué carajos sucedió realmente, gran parte de Naomi ignorándome cuando no era necesario que habláramos, y cuando hablábamos entonces yo recurría a mi inmensa paciencia para soportar el veneno que no sabía ella podría albergar, al menos no hacia mí.

En el bolsillo de mi pantalón olvidado conseguí la factura de un anillo que no es de caramelo ¡Oro! Tal parece que en mi borrachera no olvidé aquella promesa que me hice de que a mi esposa le daría lo mejor, había facturas de compras de licor y comida chatarra, incluso la factura de los horribles tatuajes, secretamente admito que el de Naomi es horrible, el mío al menos no está torcido. Y finalmente hace apenas un par de horas di con nuestra perfecta acta de matrimonio, creí que como abogado yo podría encontrar algo que apelar, alguna mota de ilegalidad, pero esto es tan legal y real como yo mismo. Realmente nos casamos.

— ¡No podemos estar casados!

—Sí podemos, porque de hecho lo estamos.

— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¿Es que planeaste esto?

—Por supuesto que planeé casarme con alguien que no me ama, que en consecuencia iba a gritarme y darme veneno. Oh, no olvidemos que lo que más me motivó a obligarte a casarte conmigo es el hecho de que recibiría tu veneno y gastaría miles de euros en tu anillo, el cual por supuesto puse contra de tu voluntad en tu pretensioso dedo. Porque mírame, Naomi—me señalo y sonrío—, estoy absolutamente feliz con la dulzura que destila mi amada esposa, porque estoy abrazando con anhelo nuestra acta de matrimonio y besando la alianza que descansa en mi dedo; y no olvidemos mí amado tatuaje proclamando mi adoración hacia ti. ¡Por supuesto que planeé esto y estoy extasiado con los resultados!

Creo que mis palabras la toman por sorpresa y quizá excedí de mi cuota justa de la ironía y el sarcasmo, pero es que esta mujer me encanta, sin embargo no puedo solo quedarme a observar como intenta de dirigir su molestia hacia mí. Soy tan víctima de nuestras acciones como ella.

Conquistando a Jeremy (BG.5 Libro #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora