Capítulo Quince

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Capítulo Quince.

Jeremy.



10 de julio, 2014.

—Siento que es mi culpa—aseguro una vez dejo de masticar el delicioso almuerzo que Naomi preparó.

—Siento que esta conversación ya se vuelve vieja. Encontraré un nuevo trabajo, Jeremy, no es fácil, pero sé que daré con algo. Tampoco era mi trabajo soñado, quizá solo es el puente para llegar a un trabajo que me haga feliz.

—Pero es que me hace sentir mal que ella te despidiera debido a mis acciones.

—También me despidió porque no tengo un pene que hundir en ella.

—Yo tengo uno—bromeo—, pero no es que planee hacer uso de él con ella—tomo el último bocado de mi comida.

—Sé que tienes un pene...

—Sí, cierto que lo viste.

— ¿Te gustó la comida?

—Excelente cambio de tema—río.

Más salsa de las albóndigas cae sobre mi camisa y eso la hace reír. No sé muy bien en dónde se supone estamos en este momento Naomi y yo con respecto a un «nosotros», sin embargo se siente bien el hecho de que ella sepa sobre mi pasado.

Estuve investigando sobre el pequeño rubio de mi falsa paternidad y descubrí que de hecho aun cuando es hijo de Mary Hudson, vive con su hermana más joven, rodeado de amor y comodidad, por lo que no tuve que hacer ninguna intervención cuando la propia hermana de esa mujer lo ha salvado de cualquier malestar que pudo obtener viviendo con su madre biológica.

Naomi señala la comisura de mi boca y paso mi pulgar retirando la salsa antes de lamerla, doy un sorbo al jugo antes de hablar.

— ¿Qué es lo qué te gusta? Tal vez si unimos todo lo que te gusta, encuentres tu trabajo soñado.

—Creo que no van unidas las cosas que me gustan.

—Vamos a intentarlo.

—Me gusta el arte, me gustan los horarios flexibles, me gustan los niños, me gusta cocinar, creo que podría gustarme mucho viajar...

Me gustan los rubios—prosigo en un mal intento de imitar su voz. Enarca una de sus cejas— ¿Vas a decirme que no te parecemos una cosa fogosa los rubios?

—Depende de a qué rubios te refieras, nunca fueron lo mío, la verdad.

—Ah, porque como eres este delicioso chocolate no nos das ni una mirada a nosotros los rubios, que también tenemos un corazón, y hemos tenido que vivir con una mala fama terrible.

— ¿Mala fama? —parece divertida, una de las cosas que más disfruto es lograr esas sonrisas en Naomi.

—Sí. A las chicas rubias suelen muchas veces llamarlas tontas y a los chicos muñecos superficiales.

—Ah, pobre Jeremy, tener que lidiar con tales estereotipos, seguro pasas mucho tiempo llorando por ser rechazado debido a tu naturaleza rubia.

—Es terrible, a veces solo abrazo mis piernas y me meso en una esquina de mi habitación pensando que tal vez todo cambie si pinto mi cabello.

—Qué payaso—se ríe poniéndose de pie y comenzando a retirar nuestros platos, la ayudo y la sigo hasta el lavaplatos en donde tras un poco de insistencia me deja hacerme cargo.

Conquistando a Jeremy (BG.5 Libro #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora