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Y sin decir más luego de haberlo hecho por segunda vez consecutiva en la noche, Ross se decidió: ¿Y si Laura Marano fuera su esposa? No dudó ni un segundo más. La amaba, la adoraba, la quería, la apreciaba. 

Mientras Laura dormía exhausta por las embestidas, Ross bajó cuidadosamente las escaleras, tomó las llaves de su auto y en él se fue hasta la joyería.

-Hola -saludó mirando los anillos detenidamente. No podía darle cualquiera, debía ser uno inolvidable, que valiera la pena y que obviamente le gustara a Laura.

-Hola -saludó el hombre mirando la cara seria de Ross-. ¿Qué necesita?

-Anillos de compromiso -pidió amablemente.

El hombre vestido de negro caminó hasta un sector fuera del alcance de todos y regresó con una pequeña caja negra, donde habían dos tipos de anillos, según él:

-Son los últimos y los más baratos. Pero los más exclusivos.

Ross sonrió. Uno que parecía una corona de diamantes estaba hermoso. Ross se decidió en seguida.

-Éste me gusta -sonrió imaginándose a Laura usándolo y llorando de la emoción. 

-Ok.

El hombre le entregó el anillo, después de que Ross pagara aún así la suma grande de dinero por el anillo.

Ross volvió a casa. Laura estaba despierta y usando el baño. Esto era lo que Ross estaba esperando; quizás no de esta manera, pero así quería pillarla: desprevenida.

-Laura -llamó dirgiéndose al baño.

-Ross, espérame que estoy enjuagándome -gritó.

Pero Ross la soprendería. Eso era lo que él quería.

-No -aclaró serio, entrando al baño, quitándose la ropa y entrando con Laura a la ducha.

Laura se dio la vuelta y dejó sus ojos boquiabiertos encontrándose con Ross de rodillas ante ella. ¿Había algo que hizo y que quisiera pedirle perdón? Laura frunció el ceño.

-Laura has estado todo este tiempo conmigo y déjame decirte que te amo, que te adoro y que eres lo más importante para mí y quería preguntarte, sin obligarte, si tu... -Ross abre la pequeña caja y Laura ya tenía los ojos llorosos-. ¿Quieres casarte conmigo?

Laura dejó derramar sus lágrimas que lentamente caían por sus mejillas, mientras que en sus labios se mostraba la sonrisa más hermosa que Ross había visto en su vida.

-Acepto -dijo lentamente.

Para Ross esas eran las palabras más lindas que en ese momento pudo haber ido.

Selló el hermoso momento con un tierno beso. 


ONLY MY FANTASY; rauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora