Se separaron, sintiendo una mano fría empujándolos lejos, Calum.
-¿Qué están haciendo? -preguntó furioso.
-Es sólo un abrazo, no te preocupes, entre nosotros no pasa nada, ¿verdad? -respondió Laura mirando nerviosa a los ojos a Ross.
-S-si, no digas tonterías, que te pases películas no significa que sea verdad.
El pelirrojo miró de reojo.
Laura y Ross se miraron confundidos. ¿Cómo supo dónde estaban?
Lo tomaron del brazo obligándolo a dirigir sus oios hacia los de ambos. Se miraron, la castaña suspiró y comenzó.
-No te enojes, no somos nada...
-¿Acaso no puede ser abrazada por nadie? Déjala ser, no seas tan celoso.
-Laura, ¿querías que te abrazara o este idiota te obligó?
Se miraron nuevamente.
-No, yo lo abracé, yo tuve la iniciativa de hacerlo.
-Claro, debí imaginarlo... -murmuró zafándose de ambos pero fue alcanzado nuevamente por los mismos.
-¡Espera! -gritó Ross- ¿Cómo sabías que ella estaba aquí?
-No te metas en lo que no te incumbe. ¿Entiendes?
-Pero yo quiero saber.
Laura dijo imponente. Era suficiente dejarse llevar simplemente por ser mujer y prácticamente servirle a los hombres. Quitó el brazo de Ross de un golpe, poniéndose frente a frente con el atrevido hombre pelirrojo.
-Dímelo a la cara, si eres tan valiente como para hablarle así a Ross.
Calum entrecerró los ojos, más furioso aún.
-¡Ja! ¿Ahora lo defiendes?
Ross se hartó. Él era de los hombres que su paciencia se acaba en un dos por tres y esta vez no sería una excepción. Tomó a Laura del brazó y la jaló hacia atrás. Ella confundida insistió en quedarse en primera posición, pero su fuerte y pálido brazo no se lo permitió. Se cruzó de brazos.
-Si vas a decirme algo a la cara dímelo, ya déjala a ella en paz. Si tanto te molesta que esté conmigo u otras personas, pues, mal novio que eres.
-¿De qué mierda me estás hablando? Imbécil, ni si quiera somos novios...
-¿Ah, no? -Laura arqueó una ceja con un nudo en la garganta. Calum rascó su cabeza.
-Lo siento, quise decir que no somos nada oficial. -sonrió nervioso. El nudo de Laura se hizo más grande.
-Pero dijiste otra cosa, ¿no?
El tono de voz de Laura comenzó a cambiar. Los dos hombres presentes sabían perfectamente porqué.
-Sí pero...
-¿Pero qué? -sollozó- Primero, revisas mi teléfono. Segundo, me niegas como novia después de todo, ¡TODO! Ahora, ¿qué sigue? ¿sigue que me dejes embarazada y que no te hagas cargo? ¡Quizás sí tenía razón al llamarte nadie! -contó cada cosa con los dedos de sus manos. Abandonó el lugar limpiando lágrimas, subiendo las escaleras.
Ambos miraban a la chica subiendo, luego Ross miró con los ojos ardientes en furia a Calum, quien salió corriendo sabiendo de lo que era capaz cuando se enojaba.
Subió siguiendo sus pasos. Su llanto se podía escuchar desde que llegabas al segundo piso. Supuso que estaría en su habitación gris con blanco. Y por supuesto, no se equivocó. Entró despacio y pudo verla tirada en su cama con la almohada en su cara gritando en ella. Sollozaba y ya tenía mojada la cama y obviamente no podía ser más que lágrimas. Se extrañó al ver que la marca acuosa era del mismo color de la de su difunta Courtney. Corrió hacia ella.
Le quitó la almohada y notó que finalmente era la misma herida que Courtney tenía pero ahora en su mano. Cuando quitó la cosa de plumas, ella gritaba sofocadamente, estaba sudando y supo porqué.
Cuando Courtney murió, dejaron la cama intacta, y así era como se veía. Pero quizás el virus se contagiaba al contacto y en el poco tiempo que llevaba tendida en la cama, fue suficiente para contagiarla. Se revolcaba acurrucándose, no sabía si era simplemente por frío o por enfermedad.
-Laura, ¿me escuchas?
Ella seguía llorando sin cesar, pero al parecer escuchaba porque intentaba dejar de hacerlo.
-Escúchame, preciosa, aquí murió Courtney y te contagiaste de su virus.
Se desesperó y comenzó a arquear la espalda, parecían convulsiones, pero era simplemente desesperación. A Ross ahora no le importaba tener que contagiarse del virus si al menos viviría la experiencia con Laura. Tomó sus manos, las puso a cada lado de su cabeza y la besó. Al instante se tranquilizó y correspondió al beso. Estaba inquieta, pero más calmada, y al menos eso era bueno.
-Mira, llamaré a los médicos, no me importa contagiarme, según dijeron era contagioso al contacto. -dijo seguro. Ella se comenzo a mover, pero la calmaron las suaves palabras-. Estaré contigo siempre, así tenga que sufrir. ¿Puedes hablar? Dime hola.
Era una simple palabra; "hola". Pero para Laura era complicado. Movía sus labios inútilemente. Sin resultados se volteó y comenzó a llorar. Ross sacó su teléfono.
"Hola, somos el departamento de emergencia legal. ¿desea algo" -respondió una mujer al parecer anciana.
"Paramédicos ahora, mi novia tiene el virus de la misma difunta Courtney Eaton, murió y no quiero que le suceda lo mismo. Mi dirección es la misma de la señorita Eaton. ¿La tiene?"
Demoró en contestar, pero lo hizo.
"Sí. Enviaremos ahora mismo unos paramédicos y una ambulancia"
"Gracias"
Colgó. Laura estaba aún llorando, ahora aferrada al cubrecamas negro, más líquido aparecía de su mano y era preocupante. Cada vez se desesperaba más e iba soltando aún más líquidos. Si sólo Ross se hubiera dado cuenta unos minutos antes...
Esperaron por diez minutos. Sintieron una sirena y supieron.
Entraron por la puerta abierta ya desde antes y llegando a la pieza, lo hicieron trayendo puestos unos trajes de gomas, Ross supusiendo que eran para no contagiarse. Se la llevaron en brazos, poniendo una curita en su herida.
Corrió tras de los paramédicos, que subieron a Laura en una camilla con oxígeno, intravenosa con drogas estimulantes para tenera más activa y un aparato para medir la presión.
-¿Usted quién es de ella?
-Soy su... novio.
-¿No puede contactar a nadie más que venga a acompañarla?
El hombre parecía disgustado y no conforme por el tono que utilizaba.
-No, no tengo ni el número de su hermana, ni el de su mejor amiga.
-Está bien, venga con nosotros.
Se subió a la parte de atrás del vehículo e inmediatamente las puertas se cerraron, y se puso en marcha encendiendo la sirena ruidosa. Adentro no se oía nada. Pero si se podía ver e imagen más dolorosa no podía ser, viendo a Laura pálida, con millones de cables conectados y un galón de oxígeno.
Bueno.
Haré más maratones cuando tengamos más visitas y votos. Si quieren más maratones simplemente consigamos ahora 10 votos y haré maratón de cinco capítulos.
Estos próximos capítulos si es que los subo, serán un poco tristes (a menos que seas insensible y no te tomes en serio la novela ;-;) así que no sé, me dieron ganas leves de llorar escribiendo los capítulos, así que... Nos vemos cuando tengamos los 5/10 votos.
-Amanda-
ESTÁS LEYENDO
ONLY MY FANTASY; raura
Fiksi Penggemar-Entonces sólo fuiste una fantasía, sólo mi fantasía. -No sé que decirte. - dijo limpiando una lágrima que quería asomarse. -Lo que digas no podrá quitar que sólo eres y serás una fantasía para mí.