Capítulo Nueve

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Nueve y media de la noche, Izzy y Duff no habían llegado hasta ahora, pase toda la tarde sola mirando la aburrida televisión esperando que esa puerta se abriera y dejara ver a mi rubio acompañado del pelinegro entrar por ella. El día en la guardería había sido normal, yo me encargaba de los mas pequeños y Tina de los medianos, era feliz con mi trabajo además de recibir una buena paga, no podía quejarme. Mi desesperación por verlos llegar cada vez crecía, temía que les haya pasado algo, pero lo mas lógico era que estuvieran en un bar disfrutando de su vida de solteros. Mis ojos comenzaban a arder y cuando me disponía a ir a el espejo del baño a verme tocaron la puerta, como una niña corrí a abrir pero me lleve un desagradable sorpresa. Mandy vestida como ramera al otro lado de mi puerta.

—Crees que siempre ibas a ocultar que tu fuiste una de las causas de mi divorcio —Sus manos impactaron en mi pecho y caí a el suelo, sin darme tiempo para responder y levantarme, se lanzo a mi poniendo sus rodillas a los costados de mi cintura y con sus manos intentaba golpearme pero yo giraba mi rostro.

—¡Que es lo que estas diciendo! —grité intentando agarrar sus muñecas, sus largas uñas rasguñaban mi cuello y me arrancaban gemidos por el ardor que me causan. Desearía que alguien este para ayudarme.

—¡Fue por ti!, Duff estaba raro cada vez que hacíamos el amor, tú lo encandilaste sabiendo que estaba casado conmigo. ¡Eres una maldita zorra que acabo con mi matrimonio! —Una de sus manos impacto con fuerza en mi mejilla y tal vez suene estúpido pero nunca en mi vida había peleado con una mujer. De seguro mañana me quedaría una marca horrible pero eso no era lo que importaba ahora, tenía que safarme de Mandy de cualquier manera.

—Tu fuiste la que le pidió el divorcio —Tome sus muñecas con mas fuerza y la empuje, aproveche en pararme y me acomode la blusa. Sus ojos demostraban lo furiosa que estaba y me aterraba. Comenzó a reír mientras yo respiraba totalmente agitada y sin darme cuenta su mano volvió a aterrizar en mi mejilla, la misma que golpeo hace un momento. La rabia comenzó a apoderarse de mi y la empuje, acto seguido le lance una sonora cachetada, Mandy iba ganando pues me empujo con una fuerza descomunal para luego tomar mis cabellos y jalonearme como se le daba la gana. Me tomo por la nuca y empujo una vez mas haciendo que mi rostro impactara con fuerza en la puerta, una pequeña grieta se formo y sentí de mi cabeza correr un liquido, la mirada de la rubia se convirtió en miedo al verme tan débil, camine y me apoye en una pared respirando pesadamente. Mi vista se tornaba borrosa y estaba perdiendo el equilibrio.

—Escúchame Sally, esta vez no dejare que me quites a Duff o te ira peor —dijo antes de cerrar la puerta. Solté un sollozo fuertemente y luego sentí unos brazos rodearme. Trate de safarme por temor a que haya regresado pero unos fuertes brazos me tomaron con mas fuerza.

—Tranquila, ya estoy aquí —la voz de Nikki logro tranquilizarme un poco.

Me lleve la mano a la cabeza y salia sangre de esta, me asuste mas y en ese momento podía jurar que era mas el susto que el golpe que me di que el dolor en otras partes de mi cuerpo. Me sentía muy mareada y demasiado cansada respirando con dificultad.

—Como entraste —logre decir entre el mar de lágrimas que salían de mis ojos. Me dolía mucho la cabeza.

—Vi a la estúpida de Mandy entrar a tu edificio y se me hizo raro. —dijo, me di la vuelta mirándolo y sus manos tomaron mi cara. Gemí de dolor y él suavizó su agarre —Santo cielo estas sangrando, tenemos que ir a un hospital.

Su mano agarro delicadamente mi muñeca y yo asentí, nunca me habían dado una paliza como esta. Cogí una   chaqueta que estaba colgada en uno de los sillones y luego Nikki me tomo en brazos y me cargo hasta su auto. Mi cabeza aun sangraba un poco pero era mucho mas el dolor del cuerpo. Mi sangre tiño una pequeña parte del cuello de  su camisa y me sentía totalmente avergonzada. Cuando llegamos a el hospital una enfermera me atendió, solo era un pequeño corte que felizmente me aseguro que no quedaría marca alguna, tenia que abstenerme del sol y  guardar reposo por mi cuerpo que tenia mas golpes y arañones de lo que creí, por suerte nada fracturado.

—Sera mejor que pase la noche aquí —recomendó el medico.

—Izzy no sabe donde estoy —dije recostada en la camilla.

—Mañana te llevare a casa, él no podrá cuidarte ahora,lo más probable es que este borracho con tu grupo de amigos.

—Gracias Nikki, siento mucho haber manchado tu camisa —dije antes de cerrar mis ojos por el cansancio.

—No es nada preciosa —fue lo último que escuche de él.

A la mañana siguiente desperté por la suave caricia de los dedos del pelinegro en una de mis mejillas, cuando abrí mis ojos lagrimales el pelinegro sonrió y le devolví amablemente la sonrisa, fui dada de alta, Nikki se quedó conmigo toda la noche y se había dado el trabajo de traerme ropa nueva y limpia. Tenia un parche en la parte superior de mi frente y mi mejilla seguía enrojecida, en mi cuello algunos arañones y mucho cansancio, no quería llegar a mi apartamento, Izzy me agobiaría con muchas preguntas de seguro y yo no iba a responder con sinceridad, no quería que Mandy me pusiera una mano encima de nuevo. Le pedí a Nikki que me llevara a una peluquería y el acepto gustoso, en el camino en su auto no dejaba de hablar, me contaba sobre las nuevas propuesta que tenia su grupo musical, yo escuchaba atentamente pero me comenzaba a dar sueño. La cama del hospital no era bastante cómoda y por el dolor en mi cabeza, la situación no se hacia tan llevadera, en la peluquería escogí un corte de cabello que me ayudara a tapar la marca que me dejaría, solo era la parte de adelante, una especie de mechón que cubriría esa zona y dejara el resto de mi cabello en su misma longitud y aunque la enfermera dijo que no iba a haber cicatriz, no quería que al menos por estos días, el resto de los Guns se enteraran de mi enfrentamiento con la rubia psicópata. Al llegar a el edificio Nikki se ofreció a acompañarme y yo negué, luego de un beso en la mejilla y un corto abrazo como agradecimiento él se fue. Sentía mi corazón palpitar muy rápido ¿Que haría si él se encontraba ahí? Peor aun si se enterara que su ex-esposa me golpeo y que Nikki me auxilió. Abrí la puerta lentamente y mire a dentro.

—¿Sally? —por suerte Izzy era el único presente.

—Hola —saludé y me adentre. Se paro de un tiro y agarro mi cara entre sus manos. Haciéndome doler.

—¿Quien te hizo daño? mira como estas.

—Solo fue una caída —dije intentando safarme.

—¡Dios! No soy estúpido, una caída no causa arañones en tu cuello.

—Mandy me golpeó —susurré, Izzy se alejo un poco y luego me abrazo con delicadeza.

—No debí dejarte sola —se lamentó, no era culpa de nadie mas que la mía.

—Solo te pido que no le digas a Duff, es mas por favor evita que venga estos días —rogué con un nudo en la garganta.

—Por que ese cambio tan repentino, Sally tu amas a Duff. —tenía razón, yo amaba a Duff pero no quería ser víctima de Mandy otra vez.

—No me recuerda, nunca lo hará. Tiene que hacer su vida como si yo nunca hubiera existido.

—¿Estas escuchándote? —me reclamó, era su amigo era obvio que iba a defenderlo. Pero yo era su novia y en algún momento se lo había jurado.

—Es mi decisión Izzy —dije yendo a la cocina. Sentí sus pasos tras de mí. —Izzy... Duff es bienvenido en nuestra casa pero si viene a buscarme, no quiero que me vea así.

Mi amigo pelinegro asintió y yo me fui a mi habitación a descansar. Los primeros treinta minutos me costo mucho trabajo concebir el sueño, no podía sacarme a Duff de la cabeza, su sonrisa y sus ojos verdes, su hermosa melena rubia y sus demás rasgos. Era el hombre perfecto para mí. Por mas que quisiera no lo conseguía, estaba enamorada como en el primer momento en que lo vi.

Hola! 

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Gracias a las lectoras fantasma también :v 

Con quien  quieren que se quede Sally ¿con Duff? o ¿con Nikki? 

Missing You (Duff McKagan, Nikki Sixx) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora