—¿Tengo que creer que el hecho de que vengas a este lugar a fingir que te interesan las flores es algo normal? —soltó en un suspiro. Eran las nueve de la mañana de un frío sábado típico de Vancouver aunque la primavera estuviese a punto de tocar las puertas. Fred frunció el ceño haciéndose el desentendido mientas acariciaba las espinas de los pequeños cactus que adornaban un estante del pasillo principal—. No tienes vergüenza—concluyó ella después regresando su mirada a los tallos de rosas que recién había cortado para poder armar un ramo.
—Disculpa, ¿me hablas a mí? —Fred volteó esta vez interesado, llegando más lejos de lo que creyó alguna vez.
—¿Hay alguien más aquí?
—Calma, Lucy—dijo con gracia acercándose al mostrador donde ella estaba—. Realmente me gustaría saber si te agradaron los tulipanes—sonrió ampliamente abandonando esa poca pena que le quedaba.
Fred no era alguien precisamente tímido ni se creía realmente incapaz de conquistar a alguien. Pero esa última idea no era lo que tenía precisamente en mente, no desde un principio pero le intrigaban ciertas cosas de ella que al parecer a nadie más. Se dio cuenta de que estaba tan metido en eso al percatarse de que la estaba dibujando sin pensarlo, en las últimas páginas de los libros de la biblioteca durante clases, tal y como lo hacía años atrás con la chica que le gustaba en secundaria.
—Fallaste olímpicamente—se burló—. Pero gracias por comprar aquí.
—Oh, vamos— dejó caer sus brazos tratando de verse decepcionado pero la chica apenas si quitó su sonrisa—. ¿No te gustan las flores?
—Es como si le regalaras miel a un apicultor.
Fred frunció los labios.
—¿Y cuáles son tus flores favoritas?
Ella se encogió de hombros rehusándose a responder.
—¿Qué quieres? —preguntó poniendo un punto y aparte. Se recargó en el cristal mirándolo fijamente, quizá por primera vez en todo ese tiempo y notó ese par de brillosos ojos verdes que parecían ser como dos pequeños limones en su cara combinados con una sonrisa encantadora, de esas que, gracias a películas y libros, se tiene que mantener alejada.
—Soy Fred—extendió su mano para que ella la tomara. La morena la miró detenidamente y después regresó a él como si le pareciera un poco nefasto, pero a pesar de eso el rubio no la bajó y a ella no le quedó más que tomarla.
—Hola, Fred—dijo con un suspiro cansado—. ¿En qué puedo ayudarte?
—¿No se supone que tienes que decirme tu nombre después?
—Beth—dijo rápidamente.
—¿Beth? Claro—rodó los ojos.
—¿Qué? —rió.
—No te creo.
—¿Ahora por qué? —Beth se dio cuenta de que no habían soltado sus manos y aun las agitaban, ella cortó el apretón y retomó su posición despreocupada en el mostrador mientras intentaba vencer al rubio en una guerra de miradas.
—Dijiste que era Lucy.
—Digo muchas cosas.
—¿Beth de quién?
—Mhh, Kiss.
—¿Cómo que no sales con chicos apuestos?
—Exacto—se retiró un poco, tomó un bolígrafo que tenía en su oreja y presionó el botón para que saliese la punta—. Pareces el tipo de chico al cual no le creería absolutamente nada—comenzó a escribir en un cuaderno de inventario que tenía a un lado, contaba en voz baja y escribía números al final de las casillas.
—Puedes creerme—dijo de inmediato—. No soy malo... o eso creo—Beth le miró con confusión—. ¿Qué?
—¿Qué quieres? —insistió—. Estoy trabajando.
—Eres zurda—le señaló.
—¿Si? ¡Gracias por decírmelo! —fingió mirar asombrada su mano.
—Muy graciosa.
—En verdad me asombra que sigas aquí sin una verdadera razón—hojeó el cuaderno hasta llegar a las últimas páginas donde había viejos garabatos sin razón, se dedicó a continuar con ello como si matara tiempo ya que el chico parecía no tener ánimos de irse.
Y la verdad es que hasta cierto punto era entretenido que estuviese ahí.
—Mmhh, ¡Las orquídeas! —le señaló regresando a la charla sobre sus flores favoritas.
—Meh.
—¿Margaritas?
Ella negó con la cabeza.
—¡Claveles!
—Ya basta, te estás humillando demasiado, ¿qué quieres de mí? —paró de rayar la hoja. Quiso mirarle con seriedad pero la risa le ganó.
—Una cita estaría bien.
—Uy, eso está difícil.
—¿Por qué?
—Ya te lo he dicho, no salgo con nadie.
Fred frunció el ceño, un poco desconcertado—: ¿Qué? He visto que sales y entras con chicos todo el tiempo donde trabajo.
—Y creí que eras un acosador mediocre.
—¿Por qué no?
Beth resopló.
—Solo es un no, lo siento.
El rubio frunció sus labios divagando con su mirada buscando algo más que decirle para poder quedarse ahí, y no entendía por qué quería eso. Detuvo sus ojos en los garabatos que ella había hecho y sonrió.
—¿Y si te doy un regalo especial?
—¿Son flores?
—No...—miró la mano de la chica—, ¿puedes prestármelo?
Beth levantó su bolígrafo y lo inclinó hacia él, Fred lo tomó con su mano derecha enfatizando que lo tenía y que se preparara; arrastró el cuaderno hacia él sin permiso. Rápidamente se enfocó en trazar líneas guiándose por las formas de los garabatos, remarcándolas y creando algo que vio y al parecer ella no había notado.
—¿Qué estás haciendo?
Fred le miró de reojo sin borrar su sonrisa y siguió con ello. Buscando conexiones y haciendo uno que otro detalle para que se viese más realista. Un dibujo apareció encima de todos esos rayones sin sentido.
—Un girasol—dijo ella en cuanto Fred dejó de mover el bolígrafo por encima de todo eso. El rubio arrastró el cuaderno hacia ella para que lo viese mejor.
—Los garabatos son como caos, como cuando tu mente está repleta de cosas y no sabes qué tomar en cuenta —se encogió de hombros—, a veces es genial encontrar algo bueno en ello... ¿Son los girasoles?
—Ahora eres artista— arqueó las cejas.
—Claro que no—bufó.
—El arte supera la fealdad sin evitarla—dijo como si recordara algo que leyó por ahí—. Si, son los girasoles.
Sábado 21 de enero - Penny Lane
Domingo 29 de enero - Amanda
Sábado 4 de febrero - Maggie Mae
Sábado 11 de febrero - Delilah
Sábado 18 de febreto - Julia
Domingo 26 de febrero - Eleanor Rigby
Sábado 3 de marzo - Roxanne
Domingo 11 de marzo - Lucy in the sky with diamonds
Sábado 17 de marzo - Beth
ESTÁS LEYENDO
Cuanto menos sepa, mejor [ACR Precuela]
Teen FictionSobre una chica que rompe corazones en el mismo lugar y el joven que atiende la cafetería que siempre escucha con bastante atención. Jude Lowell 2016