—Mírala, viniendo aquí sin una pizca de vergüenza, me da asco— espetó Oliver intentando hacer un acento británico para verse dramático.
—No voy a preguntar—Wesley murmuró y bebió de su taza de café sin siquiera ver lo que su amigo. Oliver rió de inmediato—. Necesito tu dinero para pagar el alquiler.
—No hables así de mi amiga—Fred le regañó con cierta gracia ignorando lo que Wesley decía. Ambos chicos le miraron con desgano y un poco de curiosidad.
—Fred, que vayas a su trabajo y la obligues a hablar contigo no significa que sea tu amiga—su mejor amigo dijo lentamente para que el rubio entendiera sus palabras.
—Funcionó contigo—Oliver le dijo después.
—Sí, pero...
—Shh—Fred les paró un poco harto—. No quiero escucharlos ahora—tomó la jarra de una de las cafeteras que estaban sobre la barra y un par de tazas que estaban a un lado—. Es hora de un poco de café americano—dijo alejándose de ellos.
Ambos le siguieron con la mirada, Fred se dirigía a la chica que estaba sentada en una de las mesas; a solas, con su computador frente a ella, con un libro en su mano y un su pedazo de tarta a la mitad.
—¿Crees que salga algo mal? —Oliver preguntó.
—Intento ya no decir mucho—respondió Wes.
Caminaba con pasos largos y una sonrisa alegre en su rostro, saludando a cualquiera que se le cruzara o que le mirara, como un niño travieso que va feliz por lograr su cometido. Tratando de engañar a todos.
—¿Puedo sentarme? Yo digo que si—pronunció una vez que estuvo frente a ella, ni si quiera le dio tiempo de mirarlo cuando ya estaba sentado en la silla donde otra chica estaba, pero que se había marchado desde hace apenas cinco minutos—. ¿Por qué tan sola? —dejó lo que llevaba sobre la mesa. Beth arqueó las cejas aun perpleja, pero eso no le impidió sonreír ante la actitud del joven rubio que tenía enfrente.
—Mi amiga se acaba de ir porque necesito estar sola para terminar un ensayo—movió un poco el libro que tenía en sus manos.
—¿Entonces no quieres compañía?
—En realidad no...
—Lástima, ¿Quieres tomar un café conmigo? —comenzó a servirlo en las tazas que llevaba con él—. Es gratis.
—¿No deberías estar trabajando?
—Mi jefe no está—se encogió de hombros—. Mi nombre es Fred Gainsbourg, un gusto.
—Lo sé—dijo un tanto harta de las presentaciones—. ¿Fred es diminutivo de qué?
—Frederick.
—Wow, Frederick.
—Pero no me gusta—se apresuró a decir.
—Suena interesante—cerró el libro y suspiró, miró el café que el rubio le había acercado y sonrió—. No voy a salir contigo.
—¿Qué te hizo pensar que yo quería salir contigo?
—Si no es eso, entonces necesitas amigos con desesperación.
—¿Por qué no querrías salir conmigo? Sales con muchos chicos todo el tiempo.
—¿Cómo sabes que en verdad hago eso? —se burló.
—Sé muchas cosas. Y te puedo asegurar que soy mejor que todos ellos: ¿Por qué sales con tantos chicos? ¿No te cansas de romper y romper corazones?
Beth se encogió de hombros—: No son corazones, son ilusiones. Y realmente no es mi culpa.
—¿Entonces si son ellos y no tú?
Ella resopló.
—La verdad es que soy ninfómana, si quieres tener relaciones sin parar por más de quince horas consecutivas, adelante.
—Okay—Fred sonrió algo aliviado. La morena dejó caer su sonrisa entendiendo que no se lo quitaría de encima tan fácil.
— No saldré contigo, ya te dije por qué—rodó los ojos.
—¿Por qué soy apuesto?
—Porque no tartamudeas, cualquier hombre con buenas intenciones que desea relacionarse con alguien que le atrae lo hace, simplemente porque le preocupa que no sea aceptado. El que no tartamudees y estés tan seguro con tu coqueteo me hace pensar que eres un patán que tiene perfectamente ensayadas sus palabras para cualquier situación.
Fred frunció sus labios analizando las palabras que ella soltó, pero terminó por sonreír porque probablemente tenía razón.
—Al menos soy sincero con mi nombre, ¿Cuál es el tuyo ahora?
—¿Ahora? —regresó a su libro, buscando su separado entre las páginas—. Emily—dijo sin importancia.
—¿Por cuál canción?
—See Emily play—murmuró con desgano.
—Genial, ¿Puedo verte jugar?
—No quieres jugar de verdad—dijo sin verle.
—Apostemos.
—No lo resistirías—cerró de nuevo su libro dejándolo a un lado. Esta vez sonreía con un poco de júbilo y bastante confiada; Fred le miró fijamente a los ojos tratando no reír, sus grandes ojos marrones no parecían perder esa batalla de miradas hasta que él tomó el libro.
—¿De qué es? —cambió la conversación.
—Son citas.
—¿Y de esto haces tu ensayo? —enarcó una ceja hojeándolo sin permiso.
—No exactamente.
—Oh, miren, marcaste éste—se detuvo en una página donde las palabras estaba subrayadas con bolígrafo. Aclaró su garganta—: Querida, encuentra lo que amas y deja que te mate. Deja que consuma de ti tu todo. Deja que se adhiera a tu espalda y te agobie hasta la eventual nada. Deja que te mate, y deja que devore tus restos—frunció el ceño—. Porque de todas las cosas que te matarán, lenta o rápidamente, es mucho mejor ser asesinado por un amante—le miró—; Falsamente tuyo... ¿Qué demonios? *
—¿Qué?
—No te creo que esto realmente toque tu corazón.
—¿Tú qué sabes? —Fred simplemente se encogió de hombros como si las razones le sobraran—. No solo tiene que ver con las personas, puedes amar muchas cosas.
—Muy bien, Emily—cerró el libro y lo arrastró hacia ella, quedando justo al lado del café—. Te estoy ofreciendo algo realmente tentador, porque más obvio no puedo ser. Así que, déjame intentarlo y si no lo logro, puedes matarme.
—¿Matarte?
—Sin piedad—pronunció esbozando una enorme sonrisa llena de confianza.
Sábado 21 de enero - Penny Lane
Domingo 29 de enero - Amanda
Sábado 4 de febrero - Maggie Mae
Sábado 11 de febrero - Delilah
Sábado 18 de febreto - Julia
Domingo 26 de febrero - Eleanor Rigby
Sábado 3 de marzo - Roxanne
Domingo 11 de marzo - Lucy in the sky with diamonds
Sábado 17 de marzo - Beth
Sábado 7 de abril - See Emily play
*Cita de Charles Bukowski
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Cuanto menos sepa, mejor [ACR Precuela]
Teen FictionSobre una chica que rompe corazones en el mismo lugar y el joven que atiende la cafetería que siempre escucha con bastante atención. Jude Lowell 2016